Conscientes de la necesidad de implementar unos buenos hábitos de salud bucodental que favorecen a una salud integral, Impress, clínica de ortodoncia invisible, explica las particularidades de las diferentes etapas vitales y ofrece recomendaciones para cada uno de estos momentos de la vida.

Infancia

La aparición del primer diente, alrededor de los seis meses, es un momento perfecto para la primera visita al dentista y estas deben mantenerse con regularidad. Según el Atlas de Salud Bucodental del Consejo General de Dentistas, el 35% de los menores de 6 años tiene caries y el 73% de los dientes temporales con caries sin tratar. A pesar de la necesidad de iniciar este cuidado a edades muy tempranas, un 20% de los padres reconoce que nunca ha llevado a sus hijas e hijos de 2 a 13 años al dentista.

Además, los hábitos de salud bucodental se adquieren durante la infancia, por lo que es fundamental que las madres y padres enseñen a las niñas y niños cómo cepillarse la boca, cuántas veces al día deben hacerlo y qué otros cuidados deben llevar a cabo. Según estudios realizados con escolares, las niñas poseen, con mayor frecuencia, que los niños, conocimientos y conductas saludables en salud oral.

Adolescencia

El cuidado bucal en la adolescencia es clave ya que en esta etapa se producen cambios significativos a nivel corporal y una modificación también muy importante de los hábitos de vida. Debido al cambio hormonal que se produce en este periodo, con el incremento de estrógenos y progesterona, se genera un incremento de la circulación sanguínea en la zona de las encías, especialmente durante los períodos menstruales. Esta circunstancia, junto a la aparición de bacterias, puede derivar en una forma de gingivitis denominada "gingivitis de la pubertad". Para prevenirla, es necesario realizar un cepillado frecuente y correcto y revisiones periódicas al dentista para controlar el estado de las encías.

Según la Organización Mundial de la Salud, los problemas bucales más habituales durante esta etapa son las caries y las enfermedades periodontales, como la mencionada gingivitis. También pueden producirse problemas de alineamiento con importantes consecuencias en la salud oral, por lo que en este periodo es muy conveniente que un ortodoncista realice una revisión y corrija problemas futuros con un tratamiento adaptado a las necesidades de la paciente. Es muy importante mantener una rutina de cuidado también fuera de casa, por lo que se recomienda el uso de kits dentales. También evitar o reducir el consumo de bebidas azucaradas o ácidas y el tabaco.

• Embarazo

El embarazo produce cambios hormonales y físicos en el cuerpo de la mujer que pueden afectar también a la salud de su boca. Por ejemplo, son habituales las náuseas, los vómitos y la sequedad bucal durante el primer trimestre de gestación que puede generar erosión del esmalte dental. También puede incrementarse el riesgo de enfermedades periodontales y caries. Por ello es recomendable mantener las visitas al dentista durante el embarazo, mantener una correcta higiene y una dieta adecuada y, en caso de vómitos frecuentes, enjuagarse posteriormente con bicarbonato y utilizar un colutorio de flúor al día. Una creencia frecuente es que debe evitarse cualquier tipo de radiografía dental durante el embarazo pero los odontólogos consideran que, en caso de urgencias, pueden utilizarse ya que el nivel de exposición a la radiación es muy bajo.

• Menopausia

La menopausia, una fase que suele producirse entre los 45 y los 55 años, marca el final del ciclo menstrual en la vida de una mujer. En ella, la disminución de los niveles de estrógenos desencadena diversos cambios, también en la salud bucodental, como la reducción en la producción de saliva que puede favorecer la aparición de caries o la reducción de la densidad ósea, lo que resulta peligroso para los dientes. Además, existe un mayor riesgo de desarrollar enfermedad periodontal debido a la menor protección de las encías y padecer el llamado síndrome de boca ardiente, que genera una sensación de ardor intenso y quemazón en el paladar, la lengua e incluso los labios. En esta etapa, además de las habituales recomendaciones sobre dieta e higiene, es recomendable pedir consejo a su médico o ginecólogo sobre los beneficios de las terapias hormonales puede ser una opción para reducir el impacto de la caída de los niveles de estrógenos.