El envejecimiento puede ser por momentos complicado y, quizás, también doloroso. Al fin y al cabo es ley de vida, el cuerpo es sabio y tan solo puede ser nuestra mente la que nos puede jugar una mala pasada. Pero sí, podemos eliminar cada una de nuestras capas emocionales, una ...
El envejecimiento puede ser por momentos complicado y, quizás, también doloroso. Al fin y al cabo es ley de vida, el cuerpo es sabio y tan solo puede ser nuestra mente la que nos puede jugar una mala pasada. Pero sí, podemos eliminar cada una de nuestras capas emocionales, una por una, y el tema del paso del tiempo puede hacernos sentir vulnerables y asustadas.
Pero eso no significa que envejecer no pueda ser también muy bonito, de hecho, lo es, porque hay gracia y paz al aceptar que algunas cosas en la vida están fuera de nuestro control.
Cada año que pasa, nos volvemos más sabias y más experimentadas a la hora de afrontar los desafíos de la vida. Ganamos fuerza interior y equilibrio para que no nos dejemos llevar fácilmente por las opiniones y juicios de los demás. Si bien la juventud tiene las ventajas de la acción, la fe ciega y la energía pura, el envejecimiento nos permite evolucionar espiritualmente y ver las cosas desde una perspectiva más elevada.
La mookaita es una piedra calmante, de conexión a tierra y equilibradora, lo que la convierte en una excelente opción para cualquiera a quien le pese el paso del tiempo. Si te das cuenta mirándote en el espejo y sintiéndote un poco ansiosa por las primeras arrugas que aparecen en tu rostro, recurre a la Mookaita en busca de apoyo.
Este cristal mejora nuestro equilibrio emocional y estabiliza nuestras energías para que podamos afrontar mejor los cambios que trae el envejecimiento. Nos guía a centrarnos en el aquí y el ahora en lugar de estresarnos por el futuro o lamentar lo que nos hayamos perdido en la vida.
Foto: Reino Minerales (Mookaita)
Los tonos vibrantes y terrosos de la Mookaita nos conectan con las energías curativas y nutritivas de la Madre Tierra. Se cree que este cristal retrasa el proceso de envejecimiento y mantiene nuestros cuerpos muy capaces y saludables. La mookaita activa y equilibra los tres chakras inferiores (el chakra raíz , el chakra sacro y el chakra del plexo solar), haciéndonos sentir más arraigadas, centradas y revitalizadas.
La selenita nos recuerda que, desde una perspectiva espiritual, todas somos eternas, porque nuestras almas son eternas e ilimitadas. Lamentablemente, en nuestros cuerpos terrenales tendemos a caer en la trampa de nuestro pensamiento limitado y, por lo tanto, nos sentimos impotentes para afrontar los cambios y desafíos que la vida nos presenta. Selenita nos guía a ser eternas en nuestro pensamiento y no preocuparnos tanto por el tiempo que nos queda.
Foto: Reino Minerales (Selenita)
Para quienes viven un estilo de vida espiritual, la selenita es uno de los mejores cristales, ya que abre bloqueos en el chakra corona , ayudándonos a alcanzar estados superiores de conciencia. También nos ayuda a conectarnos tanto con nuestros reinos celestiales como con nuestros guías espirituales para que podamos recibir orientación y apoyo para afrontar mejor los cambios inevitables en la vida, como el envejecimiento.
El cristal de selenita blanco como la nieve nos llena de energías puras y felices, ayudándonos a rendirnos al flujo de la vida. En este estado mental tranquilo y abierto, es mucho más fácil liberar la resistencia al cambio y aceptar dónde nos encontramos en nuestras vidas.
Para una relajación profunda y una limpieza energética, coloca un cristal de selenita debajo de la almohada mientras duermes.
El envejecimiento nos permite acumular conocimientos valiosos y sabiduría interior que podemos transmitir a las generaciones más jóvenes. Como piedra de la enseñanza y la comunicación, la Crisocola nos ayuda a expresar nuestra sabiduría y compartirla con otros para ayudarlos a recorrer sus caminos con propósito y pasión. Es un cristal que apoya la comunicación honesta y la autoexpresión abierta al abrir bloqueos en nuestro chakra de la garganta.
Foto: Reino MInerales (Criscola)
La crisocola nos guía para abrazar las lecciones que hemos aprendido en la vida y comprender cómo nos han moldeado y ayudado a convertirnos en quienes somos ahora. Es una gran piedra para los sanadores espirituales, ya que nos mantiene firmes y al mismo tiempo apoya nuestro despertar espiritual. Los hermosos tonos azul verdosos de la crisocola tienen un efecto calmante y alivian el estrés, ayudando a quienes sufren de ansiedad o depresión.
Esta piedra también puede ayudar a quienes tienen miedo de pasar tiempo solas, lo que la convierte en un gran cristal para nuestros familiares mayores. Lleva un cristal de crisocola en tu bolsillo o bolso para desbloquear tu sabiduría interior y expresarte con verdad y claridad.