El tejido adiposo visceral es el otro tipo de grasa que existe. Mucho más peligrosa que la subcutánea, se concentra alrededor de órganos, normalmente la encontramos en la cavidad abdominal (intraabdominal), muy por debajo de la piel. Por lo general se deposita alrededor de órganos vitales como el hígado, la vesícula, ...
El tejido adiposo visceral es el otro tipo de grasa que existe. Mucho más peligrosa que la subcutánea, se concentra alrededor de órganos, normalmente la encontramos en la cavidad abdominal (intraabdominal), muy por debajo de la piel.
Por lo general se deposita alrededor de órganos vitales como el hígado, la vesícula, el páncreas y el intestino, entre otros. Las causas por las que se acumula están asociadas con el estilo de vida, así como con otros factores genéticos y hormonales. Incluso con el estrés. El cortisol es una hormona que suele aumentar en situaciones de estrés, lo que contribuye a su vez con la acumulación de la grasa visceral.
Ambos tipos se asocian con diferentes patologías, sobre todo mayor incidencia de enfermedad cardiometabólica, las investigaciones demuestran que la grasa visceral está más asociada con factores de riesgo tipo metabólicos, resistencia a la insulina (diabetes), hipertensión arterial, alteraciones gastrointestinales, enfermedad de Alzheimer y cáncer de mama o de colon.
La grasa visceral no puede verse. Sin embargo, hay indicadores que nos hacen sospechar de un exceso acumulado. Para diagnosticar de manera precisa la grasa visceral se requiere una tomografía o una resonancia magnética. Aunque también suele medirse la circunferencia de la cintura para verificar si hay un exceso. Este exceso de grasa visceral se puede combatir y prevenir introduciendo cambios en relación con la dieta y el ejercicio y el uso de la nueva nuevo equipo de radiofrecuencia no ablativa Drakarian.
Así actúa Drakarian sobre la grasa visceral
Esta nueva radiofrecuencia de nueva generación se aplica para calentar la capa de grasa y la dermis, generando un calor continuo que licúa la grasa intracelular y destruye el adipocito, produciendo así su inactivación y su apoptosis (muerte celular programada).
Solo en 12 días consecutivos, el metabolismo aumenta de forma pronunciada hasta en un 150% y estimula la combustión de los ácidos grasos contenidos en las células como energía.
Después de la transferencia de altas dosis de energía, la capa de grasa adelgaza gradualmente, con una reducción promedio de un 20% de grasa subcutánea. Al mismo tiempo, el calor estimula la regeneración del colágeno en la dermis, y las fibras elásticas producen naturalmente una contracción y un estiramiento inmediatos. Este efecto, conocido como neocolagenogénesis reestructura y repara tejido conectivo para lograr el efecto de disolver la grasa, mejorar el aspecto de la piel y esculpir el cuerpo simultáneamente.
En menos de dos semanas (12 días) reafirma la musculatura y provoca un retensado de la piel. Reduce el apetito (demostrado científicamente mediante la reducción estadísticamente significativa de la leptina en sangre). Con evidencia científica demostrada a través de RMI (Resonancia Magnética por Imágenes).
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