Existen más de tres mil especies diferentes de mosquitos, insectos dípteros cuyas hembras se alimentan de sangre (hematófagas). Para poder alimentarse nos pican y absorben nuestra sangre, pudiendo, al mismo tiempo, inocularnos ciertas enfermedades de las que son portadoras, especialmente en ciertas zonas del mundo.

La picadura afecta a nivel local y causa edema y eritema cutáneos, roncha de tamaño variable y picor en la piel. Estas manifestaciones son debidas a que, cuando nos pica el mosquito, inocula una sustancia anticoagulante y vasodilatadora que produce una reacción local. El picor es muy intenso y solo deseas rascarte, aunque no es una buena opción, pues al rascar la histamina empieza a circular por el cuerpo y el picor aumenta. Evita el rascado porque te picará más y la reacción cutánea será mayor.

Se recomienda la prevención, es decir, evitar la picadura utilizando un buen repelente. Puedes encontrar diferentes opciones en el mercado: lociones, roll-on, pulseras, dispensadores eléctricos, pastillas, incienso y velas, entre otros, pudiendo ser combinados entre sí. Las pulseras son muy adecuadas para los niños, pues son cómodas y suelen contener productos naturales con efecto repelente.

Las velas y el incienso serían muy útiles si realizas una comida en el exterior. Puedes colocar en la mesa una o dos de citronela y dejar que arda lentamente. Los dispensadores eléctricos suelen venir acompañados de una sustancia líquida antimosquitos o pastillas con la misma función. Puedes colocarlos en los enchufes de la casa, no siendo imprescindible que lo pongas en la habitación en la que duermes.

Es importante elegir el repelente que mejor se adapte a las características de la persona que lo va a utilizar, siendo recomendable que:

1-Sea seguro y eficaz, habiendo sido testado por el laboratorio que lo ha fabricado y cumpliendo los criterios específicos del producto.

2-Sea efectivo para los diferentes insectos que habitan en la zona en la que se va a utilizar.

3-Sea fácil de aplicar y no manche la ropa o deje la piel coloreada.

4-Sea versátil y cómodo de transportar si es preciso moverlo.

5-No sea tóxico para nuestro organismo. Especial cuidado con los niños que lo pueden tocar inadvertidamente y meterlo en la boca, por ejemplo.

6-No tenga perfume que resulte incómodo para el que lo lleva y los que lo acompañan o se encuentran a su alrededor.

Consulta a tu farmacéutico cuál es más adecuado para tu caso concreto. Para niños y pieles sensibles suele recomendarse un repelente formulado con ingredientes naturales e hipoalergénico para impedir que se incremente el problema del picor y su consiguiente rascado. También es necesario recordar que debe evitarse su aplicación sobre cualquier herida o en las mucosas (ojos y labios, por ejemplo).