Conocer las características higiénico-sanitarias de la zona a la que se viaja (incluso los lugares de tránsito), así como su clima y las condiciones de acceso a los servicios sanitarios es fundamental. No es lo mismo viajar a un pequeño pueblo (que puede estar aislado), a una gran ciudad europea (donde el problema puede ser el idioma) o a un país tropical (con difícil acceso a los medicamentos). También las necesidades serán distintas si realizas un viaje cultural, laboral, gastronómico o dedicado a la práctica de deportes de aventura. Por supuesto van a influir la duración y el estado de salud del viajero. A ello se unen los obstáculos planteados en los aeropuertos respecto a las sustancias que pueden ser o no transportadas por los pasajeros, por lo que conviene informarse previamente de las condiciones específicas del país de destino.

Si viajas en coche, se recomienda llevar un botiquín estándar mínimo colocado en los lugares más secos y frescos, protegido de la luz del sol, lejos del alcance de los niños y con los medicamentos en el interior de sus envases con prospectos originales y fechas de caducidad diferidas (incluso recetas firmadas por el médico). Si viajas en avión resulta recomendable llevar el botiquín en el equipaje de mano -tras eliminar los elementos cortantes- para evitar problemas por la pérdida de la maleta. En caso de enfermedad crónica con medicación diaria, puede preguntarse al médico cómo conseguirlo en el lugar de destino y duplicarlo, llevando las dosis necesarias para el doble del tiempo que vayas a pasar y en dos lugares diferentes: la maleta y el equipaje de mano.

Para preparar un botiquín estándar puedes consultar al farmacéutico. De manera general, suele incluir:

-Artículos para curas (vendas elásticas, tiritas, gasas, esparadrapo y tijeras pequeñas de punta redonda).

-Termómetro.

-Antisépticos.

-Analgésicos y antipiréticos para tratar el dolor, la inflamación y/o la fiebre (paracetamol y ácido acetilsalicílico).

-Antiinflamatorios en gel, aerosol, pomada o spray.

-Antidiarreicos.

-Medicamentos para el estreñimiento.

-Antiácidos.

-Antiflatulentos para evitar el meteorismo.

-Antihistamínicos para las alergias.

-Pastillas para el mareo cinético.

-Preservativos (para evitar enfermedades de transmisión sexual).

-Protectores solares y labiales.

-Productos para después del sol y quemaduras.

-Repelente de insectos en aerosol, barra, etc.

-Loción calmante para picaduras con corticoides o antihistamínicos.

-Toallitas húmedas.

No se deben olvidar las necesidades habituales. Si padeces dolor de cabeza tratado por el especialista, es imprescindible añadir este tratamiento y si existen problemas cardíacos, debes llevar la medicación pautada. Incluye la tarjeta sanitaria válida para todo el territorio español y, en caso de viajar por Europa, la Cartilla Sanitaria Europea. Si el destino es un país tropical, debe acudirse con suficiente antelación a Sanidad Exterior donde te informarán de las condiciones específicas de la zona y posibles vacunas, añadiendo material específico en el botiquín.