Escherichia Coli, ¿qué pasa si nos contagiamos?

Sonia Baños

La bacteria Escherichia coli, comúnmente conocida como E. coli, es un microorganismo que normalmente reside en los intestinos de humanos y animales. Generalmente, no tiene que causarnos problemas, pero, en algunos casos, puede provocarnos alguna sintomatología que debemos conocer.  

22/02/2024

La Escherichia coli (E. coli) es un microorganismo que, de hecho, forma parte de la microbiota (o flora bacteriana) de nuestro intestino. No solo no es peligrosa, sino que nos ayuda a absorber algunas vitaminas para que luego pasen al resto del organismo.Si bien muchas cepas de la bacteria E. ...

La Escherichia coli (E. coli) es un microorganismo que, de hecho, forma parte de la microbiota (o flora bacteriana) de nuestro intestino. No solo no es peligrosa, sino que nos ayuda a absorber algunas vitaminas para que luego pasen al resto del organismo.Si bien muchas cepas de la bacteria E. coli son inofensivas, algunas pueden causar enfermedades y ser motivo de preocupación, ya que pueden causar infecciones en el aparato digestivo y urinario. 

 

¿Cómo nos contagiamos?

La bacteria E.Coli puede transmitirse de diferentes maneras 

  • Ingesta de alimentos contaminados: La forma más común de contraer E. coli es consumir alimentos o agua contaminados. Las carnes crudas o mal cocidas, productos lácteos no pasteurizados y vegetales sin lavar son fuentes potenciales de contaminación.
  • Contacto directo: El contacto directo con animales infectados, especialmente en entornos agrícolas, puede transmitir la bacteria. Además, el contagio puede ocurrir al entrar en contacto con superficies contaminadas.
  • Agua contaminada: Beber agua contaminada con cepas patógenas de E. coli es otra vía de contagio. Esto puede suceder en entornos donde el suministro de agua no está adecuadamente tratado.

 

Síntomas de Infección por E. coli:

Los síntomas de una infección por E. coli pueden variar, pero comúnmente incluyen:

  • Diarrea: Este es uno de los síntomas más característicos de la infección por E. coli. Puede comenzar gradualmente y volverse más severa con el tiempo. La presencia de sangre en las heces, conocida como colitis hemorrágica, es un indicador distintivo de ciertas cepas patógenas.
  • Dolor abdominal: El dolor abdominal es una manifestación común, caracterizado por malestar generalizado y cólicos. En casos más graves, este dolor puede intensificarse y convertirse en una molestia persistente.
  • Náuseas y vómitos: La infección por E. coli a menudo desencadena náuseas, que pueden ir acompañadas de episodios de vómitos. Estos síntomas contribuyen a la deshidratación, especialmente si la diarrea es pronunciada.
  • Fiebre: Algunas cepas de E. coli tienen el potencial de inducir fiebre. Este síntoma, si bien no está presente en todos los casos, puede ser un indicador de la gravedad de la infección.
  • Fatiga: La fatiga es una respuesta común del cuerpo a la infección. La acción del sistema inmunológico para combatir la bacteria, combinada con la pérdida de líquidos debido a la diarrea, puede contribuir a una sensación general de debilidad y agotamiento.

Estos síntomas pueden aparecer de manera gradual o súbita, y su intensidad variará de una persona a otra. Es esencial destacar que, en casos más severos, la infección por E. coli puede conducir a complicaciones graves, por lo que buscar atención médica ante los primeros signos de la enfermedad es crucial para un tratamiento adecuado y una pronta recuperación.

 

Consejos para evitar la infección por E.coli
Lávate las manos a conciencia: El lavado regular y completo de manos, especialmente después de usar el baño, antes de preparar alimentos y después de estar en contacto con animales, es un método efectivo para evitar la propagación de E. coli.

Manipula de forma segura los alimentos: Cocina la carne de res y otros alimentos de origen animal de manera completa y adecuada. Evita la contaminación cruzada separando carnes crudas de otros alimentos y utilizando utensilios diferentes para su preparación.

 

Asegúrate de beber agua potable segura: Si no estás seguro de la calidad del agua, opta por agua embotellada o trata el agua antes de consumirla.

 

Evita el consumo de alimentos crudos o poco hechos: Reduce el riesgo de infección al evitar el consumo de carne cruda o poco cocida, como el tartar de carne. Asimismo, evita la leche sin pasteurizar y los productos lácteos elaborados con ella.

 

Limpia y desinfecta las superficies de la cocina regularmente: Limpia a conciencia la cocina, especialmente después de manipular alimentos crudos. Presta atención a utensilios, tablas de cortar y áreas de preparación.

 

Lava a fondo frutas y verduras antes de consumirlas: Esto ayuda a eliminar posibles contaminantes superficiales.

 

Evitar el contacto con personas que puedan estar infectadas: Si conoces a alguien que está infectado con E. coli, evita el contacto cercano, especialmente si esa persona ha tenido diarrea recientemente.

 

Viajar con precaución: Al viajar, ten precaución con la procedencia de los alimentos y agua. Opta por opciones seguras y evita consumir productos de dudosa calidad.

 

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