Las cefaleas son uno de los trastornos más comunes del sistema nervioso, hasta el punto de que casi la mitad de los adultos ha sufrido por lo menos un episodio en el último año. Sin embargo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), algunos trastornos como la migraña, uno de los subtipos de cefaleas más frecuentes, son dos veces más frecuentes en mujeres que en hombres.

Lucía Vidorreta Ballesteros, especialista en Neurología del Hospital Quirónsalud San José, explica que "la migraña clínicamente se caracteriza por la presentación recurrente de crisis de dolor autolimitadas en el tiempo, que duran entre 2 y 72 horas, asociadas a una extrema sensibilidad a la luz y al ruido, trastornos afectivos como la ansiedad o el ánimo bajo y trastornos digestivos como las náuseas y los vómitos".

Hábitos modificables y otros factores

Existen hábitos y conductas que pueden actuar como precipitantes de la migraña, tal como avisa la doctora: "Muchos de los pacientes reconocen la existencia de una serie de factores que favorecen o desencadenan el episodio agudo de migraña o crisis". Por eso, el hecho de conocer cuáles son en cada caso podría ayudar a prevenir un importante número de crisis de migraña.

En general, los hábitos suelen tener un papel esencial en las personas que sufren migrañas. De hecho, la doctora nos afirma que "los neurólogos solemos recomendar que los pacientes intenten llevar un estilo de vida saludable, con unos horarios establecidos en la medida de lo posible, así como con un adecuado descanso nocturno". Esto se conoce como "actitud preventiva frente a factores desencadenantes modificables".

Entre los principales factores desencadenantes de las crisis de migraña se encuentran el estrés, los cambios hormonales, los desajustes horarios y de sueño, el hambre, así como la tensión emocional y la carga laboral excesivas.

Por otro lado, hay otra serie de factores que, aunque pueden provocar la migraña, existe gran controversia en torno a ellos. Este es el caso del ejercicio físico que puede actuar como desencadenante en ciertos casos, mientras que en otros puede ayudar a prevenir las crisis.

El impacto de lcambios hormonales

Como ha mencionado la especialista, la migraña y los cambios hormonales están íntimamente relacionados. La doctora expone que "en el caso de las mujeres, los cambios hormonales durante el ciclo menstrual y durante el embarazo pueden desencadenar ataques de migraña".

Lamentablemente, es un factor sobre el que no se puede intervenir. En algunos casos, la incorporación de terapias de reemplazo hormonal logra aliviar las migrañas.

Por último, la doctora Vidorreta concluye que, "aunque no existe una cura definitiva para la migraña, un correcto tratamiento, combinado con un estilo de vida más saludable, puede ayudar a reducir su frecuencia e intensidad".