¿Sabías que el cerumen (esa barrera protector que tenemos en los oídos) influye en nuestro aroma distintivo y único? ¿Y cómo nuestros genes determinan nuestras preferencias alimenticias? ¿Y que el estrés tiene un condicionamiento genético? Los avances en genética nos hablan de la relación ente el Gen DQ8 y la enfermedad celíaca o el gen PCSK9  y el colesterol ....entre otros. Hoy la genética va más allá de prevenir: es capaz de predecir enfermedades y ayuda a unamejor calidad de vida.
La genética y la genómica han experimentado un avance tan vertiginoso que han sido capaces de convertir en verdades algunos de los mitos de antaño. Pero lo más fascinante de este fabuloso viaje al conocimiento genético es que apenas acaba de empezar.

El puzzle de la vida que se va completando

El Dr. Jose Lao, director de Genomic Genetics nos habla de cómo la genética se acerca cada vez más a desentrañar el enigma de la felicidad y cómo la ciencia avanza hacia la comprensión de nuestros genes y cómo influyen éstos en aspectos tan cotidianos como sorprendentes de nuestras vidas.

"La genética nos regala piezas y nos puede encaminar hacia una dirección. Por ejemplo, sabemos que el oído absoluto está relacionado con unos genes determinados, pero poseerlos no nos garantiza que vamos a ser Mozart, de la misma manera que tener genes asociados al deporte no nos convertirá automáticamente en atletas de élite, ya que la genética es solo una pieza del complejo rompecabezas que constituye nuestras vidas. Sí sabemos, por ejemplo, que a Usain Bolt le ha venido muy bien tener el genoma ACTN3 que influye en el desarrollo de músculos de tipo rápido. Un análisis genético, por ejemplo, nos indicaría si los ejercicios cardiovasculares podrían ser más efectivos para ti que los entrenamientos de alta intensidad", comenta el doctor.

Así pues, la obesidad, como en el caso del deporte o la música no es simplemente una cuestión genética, sino que depende de diversos factores. Lo que sí es innegable que después de un análisis genómico sabremos nuestros puntos fuertes y nuestras carencias y, a través de la nutrigenética podremos elaborar qué nutrientes necesita nuestro cuerpo y qué dieta nos será más favorable.

El fascinante mundo de la genética nos descubre a la vez aspectos cruciales junto a otros que en principio pudieran parecer banales, pero que nos pueden ser de gran ayuda. Por una parte, hemos dado con que el Gen APOE tiene una variante asociada a la longevidad; por otra, la combinación del gen ACCC11 determinará cómo es el cerumen de nuestros oídos y cómo este puede influir en el olor de nuestros cuerpos, determinando nuestro aroma distintivo y único. El Dr. Lao destaca cómo estas sutilezas genéticas influyen en la composición del sudor y sientan las bases para la formación de nuestro aroma individual.

Los supergenes, como las mutaciones raras que codifican el colágeno, también tienen un papel crucial, afectando la elasticidad de la piel. Además, para aquellos interesados en conocer si son más propensos al optimismo o al pesimismo, la respuesta podría estar escrita en sus genes. Incluso la capacidad de metabolizar el alcohol y la propensión o no a tener resacas nos la dictan nuestros genes.

El Dr. Lao concluye que la mayoría de los genes están expresados en el cerebro, regulando impulsos emocionales básicos y contribuyendo a la complejidad de nuestras emociones. Por ejemplo, la gestión del estrés depende de la composición de nuestros genes y también de nuestra alimentación. Conociendo la primera, podemos diseñar una dieta que nos ayude a controlar los niveles de estrés.
Con la genética evolucionando de la prevención de enfermedades a la optimización del diagnóstico, los análisis genéticos ofrecen la posibilidad no solo de comprender nuestro estado de salud actual y anticiparnos a futuras enfermedades, sino de determinar nuestro bienestar.