Los especialistas señalan que, aunque no seamos conscientes de ello y, de forma muy lenta, los ruidos producen una pérdida de audición. Además, a mayor intensidad del sonido, más rápido se va a desarrollar la pérdida auditiva, siendo 65 decibelios el nivel máximo recomendado por la Organización Mundial de la ...
Los especialistas señalan que, aunque no seamos conscientes de ello y, de forma muy lenta, los ruidos producen una pérdida de audición. Además, a mayor intensidad del sonido, más rápido se va a desarrollar la pérdida auditiva, siendo 65 decibelios el nivel máximo recomendado por la Organización Mundial de la Salud, aunque solemos superarlos cada día.
Las actividades que dañan el oído sin que seamos conscientes de ello son variadas y numerosas. Los conciertos y eventos deportivos, escuchar música a través de los auriculares con un volumen elevado, discutir con otra persona, el tráfico de la ciudad, el ruido de ciertas herramientas, las sirenas (de policía, ambulancia y bomberos, por ejemplo), la estancia en una discoteca, un avión despegando o los fuegos artificiales, por ejemplo, superan ampliamente los 65 decibelios recomendados por la OMS.
Es posible prevenir la contaminación acústica actuando a varios niveles:
1-A nivel individual es preciso entender de manera clara que el ruido lo hacemos todos y asimilar esta idea. Es importante incidir en nuestra responsabilidad personal y trabajar en los centros educativos, por ejemplo, realizando campañas específicas dirigidas a que los estudiantes aprendan a comportarse de manera correcta ante el ruido.
Algunas recomendaciones sencillas pueden implementarse de manera individual para proteger los oídos del ruido de manera personal, aunque también pueden beneficiar a los demás. Bajar el tono de voz que empleamos, saber los decibelios de los ruidos que nos rodean para reconocer los que pueden resultar agresivos para nuestros oídos y los de los demás, usar tapones o protecciones adecuadas para los oídos cuando tenemos que pasar largos periodos de tiempo en ambientes que superen los niveles de ruido recomendables, utilizar un volumen adecuado para escuchar música o ver la televisión y, cuando escuches música a través de los auriculares, no es recomendable hacerlo con un volumen elevado ni usarlos más de 60 minutos al día.
2-A nivel de la sociedad en general. Parece que no existe una concienciación social clara de la importancia del excesivo ruido sobre nuestra salud y la necesidad de prevenirlo. Es fundamental entender que todos somos responsables de nosotros mismos y de los demás. Pueden realizarse anuncios publicitarios o campañas específicas para lograr la mentalización social de la importancia de reducir los decibelios.
3-A nivel legislativo. Las administraciones competentes en el tema precisan elaborar una legislación y normativa adecuadas que sean cumplidas y respetadas a todos los niveles (nacional, comunidad autónoma y municipio). Implementar estas medidas podría ser una pieza clave para lograr la imprescindible reducción de ruido y mejorar la salud.