Se define ampolla como una burbuja de líquido producido por el organismo como respuesta a una lesión localizada en la zona de aparición. Se forma por debajo de la piel y afecta, normalmente, a las capas más externas. Las lesiones superficiales son las que se producen en las capas externas ...
Se define ampolla como una burbuja de líquido producido por el organismo como respuesta a una lesión localizada en la zona de aparición. Se forma por debajo de la piel y afecta, normalmente, a las capas más externas. Las lesiones superficiales son las que se producen en las capas externas de la piel y se curan rápidamente sin dejar cicatrices. Las lesiones que afectan a capas más profundas de la piel, pueden dejar marcas y son más complicadas de curar. Suelen presentarse en las manos y en los pies, aunque también pueden producirse en cualquier otra parte del cuerpo.
Aunque las ampollas pueden formarse por distintas causas, entre las más frecuentes destacarían:
1-Abrasiones por fricción (rozamiento del zapato, calcetines o guantes, por ejemplo).
2-Quemaduras (del sol, por el fuego o por mantener contacto con sustancias o materiales que están a temperaturas muy elevadas).
3-Contacto con determinadas sustancias químicas (la acetona o lejía, por ejemplo, pueden provocar su aparición).
3-Reacciones alérgicas a determinados medicamentos.
4-Infecciones causadas por hongos o infecciones víricas como la varicela o el herpes Zoster.
5-Trastornos autoinmunes.
6-Dermatitis de contacto (con plantas como la hiedra, por ejemplo) o dermatitis atópica.
7-Congelación.
El diagnóstico debe hacerlo el médico para diferenciar el tipo de ampolla de que se trata. Cuando la ampolla es el síntoma de una enfermedad o si la persona presenta alteraciones circulatorias o diabetes, por ejemplo, resulta imprescindible que el médico realice un abordaje completo del problema y decida el tratamiento que dependerá del tipo de ampolla de que se trate y de sus implicaciones para la salud.
Es importante señalar que se recomienda evitar que la ampolla se rompa y no pincharla para eliminar el líquido seroso que contiene, ya que hacerlo así podría incrementar el riesgo de aparición de infección. Debe lavarse la zona donde se localiza la ampolla con cuidado utilizando agua y jabón neutro, mantener toda la zona limpia y desinfectada y taparla con un vendaje o gasa estéril para prevenir la aparición de lesiones.
Es posible prevenir la aparición de ampollas por rozamiento si utilizas unos zapatos que se adapten de forma correcta a tu pie, utilizas calcetines de la talla adecuada y te pones guantes de protección en las manos cuando utilices una herramienta o una equipación deportiva que pueda provocar el roce. También se recomienda reducir la humedad de los pies y evitar el exceso de calor.
Consulta a tu médico y sigue sus indicaciones. La presencia de una ampolla es un problema poco importante pero su atención inadecuada puede provocarte un malestar innecesario.