"Lucía, mi pediatra" vuelve a meterse de lleno en la escritura con "Los virus no entran por los pies" (Ed. Planeta), un libro que tumba las falsas creencias que se perpetúan de generación en generación sobre la salud de los menores y que chocan con la evidencia científica, según cuenta en una entrevista reciente con EFEsalud.

Mitos, mitos y más mitos

En la primera parte del libro acaba con "un mito detrás de otro" en tono divertido y ágil sobre la salud física de los menores e insiste en muchos aspectos como en el que da el título a su libro, que los virus no entran por los pies, con lo que los niños no se resfrían por ir descalzos. Pero también otros muchos como el de la fiebre por los dientes, la cebolla en la mesilla, los jarabes para la tos, los collares de ámbar y tantas y tantas creencias extendidas.

"He querido explicar las cosas un poco como si se las estuviese explicando a mis hijos, porque he comprendido que así es como la gente entiende de verdad cosas que son realmente complicadas en el mundo de la ciencia", afirma Galán.

Entre ellas no se olvida, por ejemplo, del consumo masivo de antibióticos, un problema de salud pública como consecuencia de la resistencia bacteriana, y que tiene que calar no solo en las familias, también entre los profesionales. "Está descrito como uno de los principales problemas a nivel mundial por la OMS, que de aquí a unos años, si seguimos en esta dinámica, la resistencia a los antibióticos, matará a más personas que el propio cáncer, con lo cual es algo de lo que tenemos que tomar conciencia toda la población, tanto consumidores que son los pacientes, como los profesionales", señala "Lucía, mi pediatra".

Sobran manos para el bebé y faltan para la madre

Y dedica tiempo a la importancia de no juzgar las maternidades ajenas y a ayudar a la madre novata porque "cuando nace un bebé sobran manos para el recién nacido pero faltan para la recién mamá".

Sobre este asunto, abunda en que una mamá que acaba de tener a su bebé se supone que tiene que estar contenta y feliz porque ha salido todo bien, pero en muchas ocasiones se puede sentir sola, a pesar de estar rodeada de gente, con ganas de llorar, no se reconoce en el espejo o empieza a tener conflictos con la pareja que antes no tenía.

"Tiene un miedo atroz, el peso de la responsabilidad a veces no le deja ni respirar y todo esto si no se lo explicamos, es verdaderamente abrumador para las madres y, a veces, desemboca en una depresión posparto. Es importante verbalizarlo, es importante normalizarlo", señala.

Incremento de problemas de salud mental

En la segunda parte de su última obra, Lucía Galán se pone "más seria" porque la situación lo merece ya que habla de todos los mitos que afectan a la salud mental de los menores, desde el acoso escolar, de la ansiedad, de la depresión y del suicidio, entre otros.

"Ahora es cuando se está poniendo encima de la mesa que de verdad los niños y los adolescentes tienen trastornos de salud mental, tienen enfermedades mentales porque hasta ahora, hasta hace tres décadas, nadie hablaba de esto. Hay muchos porque se está diagnosticando más", incide "Lucía, mi pediatra".

Pero independientemente de eso, prosigue, ha habido un incremento de los trastornos de ansiedad y depresión entre los menores y es debido a distintas causas entre las que destaca las tecnologías a edades muy tempranas, que afectan a la autoestima.

El acoso escolar no es cosa de niños

"Los casos de ´bullying´ se han multiplicado por siete en los últimos cinco años y la principal causa de suicidio en adolescentes es el bullying. Nosotros cuando lo sufríamos de niños lo teníamos en el cole y luego llegabas a casa y era tu lugar seguro, pero ahora los chiquillos están en continuo acoso 24 horas al día por culpa de los móviles", subraya Lucía, mi pediatra.

El acoso escolar, insiste, no es cosa de niños, "está acabando con la vida de nuestros niños", de ahí la importancia de que los profesores puedan identificarlo de forma precoz, que los padres tengan herramientas y que las víctimas sepan por encima de todo que no tienen la culpa, que sus padres les van a apoyar en todo, que su forma de ser es estupenda y que no tienen que cambiar nada porque son "maravillosamente imperfectos".

Jugar sin pantallas

Por ello, entre otras cosas, está favor de que los móviles estén prohibidos en los centros educativos, tanto colegios como institutos. "Los niños no necesitan móviles en el colegio, creo que es un elemento distractor que favorece el ciberacoso y dispersa la atención", zanja Galán.

Fuera de los centros, precisa, hay muchas circunstancias y opina que por debajo de los 12 años ningún niño necesita un dispositivo, porque "es contraproducente", además, "si tiene un parchís o un parque o una bicicleta", "¿para que necesita un móvil?".