¿Debo aplicar frío o calor a mi lesión?

Carmen reija. Farmacéutica y divulgadora sanitaria

El número de personas afectadas por algún tipo de lesión es elevado en cualquier lugar del mundo. Las lesiones pueden presentar diferente gravedad. Sean leves o graves, el diagnóstico y tratamiento dependen de la decisión del médico. Algunas medidas habituales resultan eficaces, aunque no deben emplearse sin control. Lo más habitual es aplicar calor o frío, pero no suele estar claro lo que resulta más adecuado.

22/03/2024

Se puede definir lesión como cualquier daño que se produce en el cuerpo. Se considera un término generalista que indica el daño provocado por un golpe, un accidente, una quemadura, una caída o cualquier otra causa. Pueden sufrirlas cualquier persona y, son frecuentes a nivel deportivo. Las lesiones deportivas pueden presentarse ...

Se puede definir lesión como cualquier daño que se produce en el cuerpo. Se considera un término generalista que indica el daño provocado por un golpe, un accidente, una quemadura, una caída o cualquier otra causa.

Pueden sufrirlas cualquier persona y, son frecuentes a nivel deportivo. Las lesiones deportivas pueden presentarse en forma de esguinces, desgarros, fracturas, dislocaciones, tendinitis y bursitis, fundamentalmente. Además, pueden ser agudas (que ocurren de manera repentina) o crónicas (se presentan debido al uso excesivo de la zona lesionada y se desarrollan de manera gradual a lo largo del tiempo).

El médico debe valorar la lesión para realizar un diagnóstico correcto y pautar el tratamiento adecuado que mejor se adapte al problema real de la persona afectada. De manera general, en función del tipo de lesión, su gravedad y del tiempo transcurrido desde que se produjo, el médico suele pautar:

-la administración, normalmente por vía oral y/o tópica, de analgésicos y/o antiinflamatorios.

-la realización de ejercicios específicos adaptados al tipo de lesión de que se trate.

-la aplicación de frío y calor porque es una terapia que puede ayudar a mejorar la lesión disminuyendo el dolor y favoreciendo una buena recuperación. A pesar de todo, es importante aplicar frío o calor de forma adecuada porque una mala aplicación puede generar efectos indeseados sobre la lesión. Además, es preciso tener en cuenta que la eficacia de estas terapias va a estar relacionada directamente con la percepción del paciente y su tolerancia personal y al frío y al calor.

Es frecuente que, al sufrir una lesión, la persona afectada dude sobre la necesidad de aplicar frío o calor de manera inmediata. En este sentido, los especialistas señalan que:

-La crioterapia o terapia de frío suele recomendarse cuando existe una inflamación, es decir, cuando se trata de lesiones recientes, golpes, caídas y esguinces, por ejemplo. Se recomienda aplicar frío mientras esté presente el proceso de inflamación aguda (aproximadamente hasta 72 horas después de la lesión) y un máximo de 20 minutos cada dos horas.

Se considera que el frío reduce la inflamación y el dolor y facilita la recuperación, incluso tras realizar ejercicio físico intenso. No debe aplicarse de manera directa sobre la piel ni sobre heridas abiertas.

-El calor se recomienda cuando padecemos problemas musculares y en procesos crónicos o en un estado avanzado (como lumbalgias o cervicalgias, por ejemplo) cuando ya ha pasado la primera fase de inflamación, porque la aplicación incorrecta de calor en una fase muy temprana de la lesión puede aumentar el proceso inflamatorio.

El calor aporta efecto de relajación y sedación que ayudan a reducir la sensación de dolor. No debe aplicarse de manera directa sobre la piel ni durante más de 20 minutos cada dos horas.

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