Sin embargo, las células se alimentan de glucosa, así como las neuronas, que consumen más del cincuenta por ciento de la misma. Ésta no sólo se encuentra en el azúcar y dulces que podemos considerar poco sanos, sino que está en una gran variedad de alimentos de lo más saludables, ...
Sin embargo, las células se alimentan de glucosa, así como las neuronas, que consumen más del cincuenta por ciento de la misma. Ésta no sólo se encuentra en el azúcar y dulces que podemos considerar poco sanos, sino que está en una gran variedad de alimentos de lo más saludables, como son las frutas, verduras o legumbres. Por estas razones, según la Doctora Marisa Navarro, autora del libro "La alimentación emocional", "cuando no ingerimos hidratos de carbono, que es la forma más rápida que tiene nuestro organismo de conseguir la glucosa, pasa a conseguirla en primer lugar de los almacenes de glucógeno que se encuentran en nuestros músculos e hígado, después de las proteínas y, por último, de las grasas. Pero ocurre que el esfuerzo que nuestro cuerpo tiene que hacer para conseguir la glucosa de las proteínas y de las grasas es tan enorme, que nuestras neuronas se deprimen y todas nuestras células se deprimen junto a ellas. La eliminación radical de los hidratos de carbono de la dieta puede llevarnos a una tristeza, distimia, melancolía e incluso depresión" comenta la Dra. Marisa Navarro.
Por estas razones y aunque cuando se escucha hablar sobre la dieta Keto se resaltan una cantidad de milagros infinitos, la realidad es que no hay mayores diferencias a largo plazo si se compara con una dieta equilibrada baja en calorías y con presencia de hidratos de carbono saludables.
A pesar de que la dieta cetogénica evidencia numerosos beneficios para disminuir el peso, bien es cierto que siempre debería estar supervisada por un nutricionista. Esta dieta, en un tiempo prolongado, y cuando se instaura como estilo de vida, puede llegar a tener más riesgos que beneficios. La doctora destaca que "la acidosis metabólica, es un problema muy grave y que puede llegar a ser fatal, puede desarrollarse en personas con predisposición y que practiquen esta dieta, y se produce cuando sus riñones no son capaces de filtrar el exceso de cuerpos cetonicos, que tienen que ser eliminados por la orina".
Pero no solo esto, junto a la Dieta Keto, también están asociados otros muchos problemas como el mal aliento, estreñimiento por la falta de fibra en la comida, disminución de la fuerza y el antojo constante de consumir dulces. Pero en casos más graves y avanzados, se pueden llegar a dar problemas renales, deshidratación, pérdida de memoria o depresión… Además, "se ha relacionado la práctica de la Dieta Keto en embarazadas con mayores riesgos de defectos en el tubo neural del bebé, así como aumento del riesgo de defectos congénitos y diabetes gestacional, por lo que está absolutamente contraindicada en embarazadas", asegura la Dra. Marisa Navarro.