Disfrutar de una higiene correcta resulta imprescindible y realizar un empleo adecuado de los productos desinfectantes utilizados para la limpieza, es fundamental. Es preciso tener en cuenta una serie de indicaciones para evitar accidentes que pueden afectar a la salud del usuario. Destacarían: 1-Es imprescindible seguir las instrucciones de uso que ...
Disfrutar de una higiene correcta resulta imprescindible y realizar un empleo adecuado de los productos desinfectantes utilizados para la limpieza, es fundamental. Es preciso tener en cuenta una serie de indicaciones para evitar accidentes que pueden afectar a la salud del usuario. Destacarían:
1-Es imprescindible seguir las instrucciones de uso que aporta el fabricante o el distribuidor del producto tanto para su empleo directo como cuando sea necesario diluirlo antes de aplicarlo porque cada desinfectante presenta unos riesgos específicos.
2-Algunos desinfectantes precisan determinadas concentraciones, en función del empleo que vayan a tener. De manera general, las concentraciones más bajas tendrán una menor capacidad desinfectante, pero serán más seguras durante su utilización y las concentraciones más altas resultarán más eficaces, pero serán más peligrosas al manejarlas y tendrán una mayor capacidad para provocar efectos perjudiciales para la salud de los usuarios.
3-La lejía en contacto con la piel o las mucosas provoca lesiones cuya gravedad dependerá del tiempo de contacto y de la concentración de lejía. Puede causar alteraciones por contacto con la piel o mucosas, por ingestión o por inhalación. Puede producir irritación de la piel, del tracto respiratorio, de la conjuntiva y del tracto gastrointestinal.
4-El ácido peracético o peroxiacético tiene capacidad oxidante, por lo que resulta muy eficaz para eliminar bacterias aeróbicas y anaeróbicas y sus esporas, virus, levaduras y mohos. Se considera corrosivo y, en contacto con la piel, puede producir úlceras en los tejidos, irritaciones y quemaduras en la piel y los ojos, daños oculares e irritaciones del tracto respiratorio y del tracto gastrointestinal, entre otros. Cuando se prepara la disolución de forma adecuada presenta una toxicidad prácticamente nula.
5-Los productos químicos de limpieza no deben usarse para lavar las manos y es imprescindible lavar las manos con agua en profundidad tras usar estos productos, especialmente antes de beber o comer.
Los síntomas de una intoxicación son múltiples y variados. Los más frecuentes serían: la confusión mental, el dolor torácico, el dolor abdominal, la tos, la dificultad para respirar, la diarrea, la falta de aliento, las náuseas, las palpitaciones cardíacas y los vómitos.
Si se presenta cualquier síntoma o conducta extraña cuando se manipula y emplea un desinfectante deberíamos plantearnos la posibilidad de estar ante una intoxicación. Suelen ser intoxicaciones de carácter leve y se solucionan al retirar el producto que las haya provocado.
En esta situación es fundamental pedir ayuda rápidamente porque uno de los factores fundamentales en el pronóstico de las intoxicaciones es el tiempo transcurrido entre el contacto y la actuación médica. Cuanto más rápido se realice la intervención médica, mejor será el pronóstico de la persona afectada. Pide ayuda a alguien cercano, localiza el producto con el que podría haberse producido la intoxicación y contacta con el servicio médico o con el Instituto Nacional de Toxicología.