Durante el embarazo, las mujeres presentan una serie de cambios que no son sólo visibles en su cuerpo, sino que también afectan a su organismo. Los desequilibrios hormonales, la aparición de náuseas y vómitos, los desajustes en los hábitos alimentarios, no realizar una correcta higiene dental o no acudir al dentista para hacer las revisiones pertinentes pueden derivar en ciertas patologías. Con respecto a las náuseas producidas en el primer trimestre de gestación, Simón Pardiñas López, especialista en periodoncia, implantología y cirugía oral en la Clínica Médico Dental Pardiñas, informa en el vídeo de su canal Dentalk! que: "el ácido gástrico puede desgastar los dientes, favoreciendo la aparición de caries y aumentando la sensibilidad. Se recomienda no lavarse los dientes justo después, sino enjuagarse previamente con agua y esperar unos 30 minutos hasta el cepillado". Algunas embarazadas pueden sentir ganas de vomitar cuando proceden a lavar los dientes. En ese caso, el experto aconseja emplear "cepillos más pequeños y muy poca cantidad de pasta dental".

Si una gestante padece vómitos de manera reiterada en la web del Consejo General de Colegios y Odontólogos y Estomatólogos de España sugieren que se opte por ingerir cantidades pequeñas de "frutas, vegetales y queso a lo largo del día", emplear de forma diaria un "colutorio de flúor" y después de haber vomitado recomiendan "disolver una cucharadita pequeña de bicarbonato en un vaso de agua y enjuagar".

La caries, la gingivitis, el granuloma del embarazo junto con la xerostomía, la halitosis y las aftas son algunos de los problemas bucodentales más frecuentes. Con relación a lo expuesto, Pardiñas apunta que "las bacterias presentes en diversas enfermedades como la caries o la enfermedad periodontal pueden llegar al bebé". Es por eso que incide en acudir al dentista para realizar las revisiones que sean necesarias, prestar atención al lavado de los dientes tras las comidas, evitar las bebidas o alimentos que contengan azúcar y apostar por una dieta saludable y equilibrada. El Consejo General de Colegios y Odontólogos y Estomatólogos de España va un paso más y asegura en su web que "la madre es la mayor `donante´ en la transmisión de caries. Las bacterias cariogénicas son transmitidas de madre a hijo a través de hábitos en los que intervienen la saliva: probar la comida con la misma cuchara, chupar el biberón o el chupete".

La gingivitis se produce cuando la placa bacteriana se apelmaza en los dientes, provocando que las encías se enrojezcan, inflamen y sangren. El especialista de la Clínica Pardiñas recomienda realizar "limpiezas bucodentales en el dentista para controlar su desarrollo y evitar complicaciones mayores como la periodontitis". Por otra parte, el granuloma del embarazo está relacionado con "un crecimiento excesivo localizado en la encía, que puede ser debido a una respuesta inflamatoria del propio cuerpo frente a microorganismos orales. Normalmente, desaparece por sí solo después del embarazo", aclara Pardiñas.

A su vez, la xerostomía o boca seca, las aftas bucales o yagas y la halitosis o mal aliento suelen manifestarse en embarazadas y aunque no suele ser un problema muy grave, puede afectar a su calidad de vida. Para combatir la sensación de tener sequedad bucal se debe "ingerir agua o consumir chicles y caramelos sin azúcar", para mitigar el impacto de las úlceras de la boca, la solución estaría en emplear "geles protectores, enjuagues con clorhexidina", indica el profesional. Y en lo que respecta al mal aliento, asegura que el remedio estaría en "tratar la causa que lo ha provocado".

Se podría pensar que en el momento de la gestación no sería recomendable realizar ciertos tratamientos en los dientes por si afecta a la madre o al desarrollo de su bebé, pero el especialista manda un mensaje tranquilizador diciendo que "las limpiezas profesionales, los tratamientos para la caries y las extracciones se pueden realizar de forma segura durante el embarazo. La mayoría de fármacos requeridos para el tratamiento de los problemas descritos hasta ahora, incluyendo antibióticos, antiinflamatorios y anestésicos comunes, pueden seguir utilizándose, aun así, es importante valorar el riesgo-beneficio para la madre y para el bebé". A continuación, enumera una lista de fármacos que convendría evitar, como es el caso del "ibuprofeno, la aspirina y los corticoides. Por su parte, el tramadol y la codeína sólo deben emplearse si el beneficio justifica el riesgo. También está contraindicado el uso de Betadine, ya que el yodo absorbido puede atravesar la barrera placentaria".  Lo mismo sucede con la anestesia local, que "deberá evaluarse en función del riesgo-beneficio, pero por lo general puede utilizarse de manera segura durante el embarazo para tratar un flemón, extraer un diente o realizar una endodoncia", comunica.

Y tan importante es el cuidado de la salud bucodental de la madre como de la del recién nacido. Es por eso que se deben realizar una limpieza de sus encías "con una gasa húmeda después de las tomas y cuando erupcionen sus primeros dientes (alrededor de los 6 meses) empieza a cepillárselos con un cepillo pediátrico", así como emplear "pasta fluorada del tamaño de un grano de arroz hasta que cumpla los tres años". Cuando llegue ese momento se incrementará un poco la cantidad, según indican en la web anterior.

FOTO PRINCIPAL.: Foto de Andrea Piacquadio.