Yin yoga o el estilo que aumenta tu conciencia interior a través del cuerpo

Estefanía Grijota

La práctica de yin yoga supone la conexión total del cuerpo y la mente con el fin de conseguir un equilibrio interno, a través de la meditación en movimiento y el mantenimiento de asanas durante tres, cinco, o más minutos

16/01/2024

Cada una de nosotras guardamos en nuestro interior energía tanto femenina como masculina o yin y yang. Y cuanto más en equilibrio están esas energías, mejor funcionamos en nuestro día a día y mejor nos sentimos. Pero, si alteramos ese equilibrio natural, podremos comenzar a notar cómo nos desconectamos de ...

Cada una de nosotras guardamos en nuestro interior energía tanto femenina como masculina o yin y yang. Y cuanto más en equilibrio están esas energías, mejor funcionamos en nuestro día a día y mejor nos sentimos. Pero, si alteramos ese equilibrio natural, podremos comenzar a notar cómo nos desconectamos de la tierra, y por lo tanto, como disminuye nuestra confianza, y por tanto, empiezan a aparecer los miedos.

Lo femenino o energía yin, significa suavidad, fluidez, paciencia, entrega, sentimientos, emociones, amor, empatía y ser, sobre todo, ser.  Y el yin yoga va precisamente de eso, de escucharte a través de las señales y los movimientos sutiles de tu cuerpo, sin forzarlo, y practicando la paciencia y la entrega a esta hermosa práctica de yoga, con el fin de conocernos mejor.

Yin yoga: una práctica tan lenta como retadora

Y es que, el yin yoga es una estilo de yoga meditativo que se basa en la energía yin, que consiste en el mantenimiento de las asanas durante un tiempo prolongado para llegar a los tejidos conectivos del cuerpo, los tendones, los ligamentos y la fascia, con el objetivo de aumentar la circulación en las articulaciones y mejorar la flexibilidad.

Un estilo de yoga que, muy al contrario de lo que se pudiera pensar, se trata de una modalidad que algunas personas lo encuentran bastante desafiante, sobre todo, si estamos acostumbradas a una práctica de asanas de estilo más yang, como el vinyasa o el asthanga, que se dirige más a los músculos en lugar del tejido conectivo más profundo.

Porque el reto de permanecer en las posturas que, a priori, nos cuestan, nos resulta incómodo e, incluso, hasta en aquellas que puedan parecer aparentemente simples, sostenerlas durante tres o hasta cinco minutos, incluso más, en prácticas más avanzadas, hace que emerja y se sienta una nueva profundidad en tu cuerpo que no es fácil de aguantar, por lo que la mente puede tener dificultades para mantener la calma y permanecer en quietud en las asanas.

Por eso se ha convertido en un complemento tan popular de estilos mucho más dinámicos de yoga, como una forma de meditación lenta y en movimiento. La teoría detrás del yin yoga es ejercitar los tejidos conectivos, es decir, las estructuras articulares, como los ligamentos y tendones, así como la fascia, que conecta todo el cuerpo, tejidos que no se ejercitan en otros tipos de yoga físico, ya que requieren de más cuidado y tiempo para ejercitarlos.

 

Yin yoga y su raíces en China y la India

Practicar yin yoga significa meditar a través del mantenimiento de las asanas durante al menos tres minutos o más. Estas posturas de larga duración ya se comenzaron a utilizar tanto en el hatha yoga de la India como en el Tao yin (yoga taoísta) de China, y que se fundamenta en la teoría de los meridianos de la Medicina Tradicional China, y que tal y como recoge el National Institutes of Health (NIH), los meridianos son canales que forman una red en el cuerpo por la cual fluye el qi o la energía vital. El qi bloqueado causa dolor o enfermedad.

El flujo de qi se restaura al usar presión, agujas, succión o calor en cientos de puntos específicos a lo largo de los meridianos.

Un estilo de yoga lento, suave y relajante que tiene un énfasis en el tejido conectivo del cuerpo iniciada y fundada por Paulie Zink, profesor de Tao Yin, Paul Grilley y Sarah Powers a finales de la década de 1970 donde se comenzaron a incluir las posturas de yin yoga en el sistema de Neidan o alquimia interna taoísta, una serie de doctrinas y practicas físicas, mentales y espirituales que los iniciados taoístas usaban en la antigüedad, para prolongar la vida y crear un cuerpo espiritual inmortal que sobreviviría.

Para Zink es el arte de cultivar y armonizar las cinco energías elementales alquímicas de la vida universal o los cinco elementos que son la tierra, el metal el agua y el fuego, los cuales animan e impulsan distintas cualidades en el cuerpo, como la ligereza, la fluidez, la fuerza, la elasticidad y la calma. a través de la práctica del yin yoga, las cualidades de estos estados energéticos se pueden mejorar y armonizar, lo que resulta en una mejor salud, una mayor vitalidad, una mayor conciencia y libertad de movimiento y mejor manejo del cuerpo.

 "El yin yoga es una forma de arte, pero no una ciencia exacta. El propósito del yin yoga es sacarnos de los convencionalismos sociales, adoctrinamiento y formas mecánicas y limitantes de pensar" - Paulie Zink. Aunque, tal y como aseguran sus fundadores, en realidad, no pretende ser una práctica completa en sí misma, sino como un complemento a formas más activas de yoga como el vinyasa o el asthanga y el ejercicio en general.

Así, esta práctica esencialmente consiste en la realización de unas secuencias de posturas que están destinadas a estimular los denominados meridianos en la medicina china, o nadis en hatha yoga.

 

¿Cuál es la relación entre el yin yoga y la teoría de los meridianos?

Cuando las cosas están en equilibrio, los chinos denominan a ese punto armonía tao. Pero cuando nos alejamos de ese centro, es entonces cuando comenzamos a experimentar más la parte yin o el yang. En realidad, una energía no puede existir sin la otra, y representan diferentes cualidades de vida. Como hemos dicho, el yin se caracteriza por ser el lado lento y femenino, mientras que el yang representa el lado dinámico, masculino y activo.

Uno de los aspectos únicos del yin yoga es su incorporación a las líneas energéticas del cuerpo, conocidas como meridianos. Estos son similares al concepto de los nadis de la filosofía tradicional del yoga, pero lo más curioso es que gracias al científico japonés Dr. Hiroshi Motoyama, descubrió que la forma en la que el ácido hialurónico corría a través del cuerpo se correlaciona directamente con las vías de los meridianos establecidos por la MTC.

Esto significa que este experto llegó ala conclusión que, cuando las posturas se mantenían durante períodos de tiempo más largos, se estimulaba la producción de ácido hialurónico, por lo tanto se deduce que el yin yoga aumenta la producción de ácido hialurónico en el cuerpo y las articulaciones, y por ende, aumenta la abundancia de la energía pránica para la curación y la salud.

Así, se cree que cuando hay un bloqueo en un meridiano o canal de energía es cuando surge más fácilmente enfermedad. Una de las principales funciones de los meridianos es promover el flujo de chi o energía de fuerza vital en todo el cuerpo. Si bien esta no es una fuerza visible, se estimula en el yin yoga a través de posturas específicas que se dirigen a diferentes órganos y su relación con los meridianos correspondientes.

 

 

 

 

 

 

 

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