Los expertos señalan que, de manera general, las personas funcionan de manera diferente, que podría englobarse en dos polos opuestos: la tendencia a reducir o evitar la actividad y la tendencia a sobrecargarse de actividades. Ambas opciones son inadecuadas y existen recomendaciones que te permitirán recuperar tu ritmo normal de actividad. Destacarían:

1-Seguir con tu actividad, hasta donde realmente sea posible. Se recomienda empezar a recuperar las actividades que has ido abandonando poco a poco, de manera gradual y sin precipitarte. Intentar recuperar las actividades perdidas de inmediato resultaría inadecuado porque te exigiría un sobreesfuerzo para el que lo más probable es que no estés preparada.

2-Dividir las grandes tareas en partes pequeñas que te resulten manejables. Los resultados mejoran si te propones cada día recuperar una, aunque sea pequeña.

3-Centrarse en lo que ya has conseguido, en los pequeños logros de cada día y felicitarte o premiarte por ellos en vez de fijarte en lo que todavía queda por hacer. Puedes reforzarte con frases de ánimo que consideres un premio por cada tarea realizada.

4-Buscar el equilibrio entre los períodos de tareas y obligaciones y los de descanso, de relajación o de realización de actividades divertidas o placenteras que no te generen estrés. Así lograrás la organización y distribución de las actividades y de los descansos.

5-Priorizar correctamente distinguiendo las actividades urgentes de las que, aunque sean importantes, no es imprescindible hacerlas de inmediato, en este momento. Sería recomendable aprender a posponerlas, dejarlas para otro momento o para el día siguiente y evitar el agotamiento.

6-No excederse en los momentos en que te sientas muy eficaz, activa y animada porque acabarías de nuevo sobrecargada. Sigue siendo necesario establecer momentos para el descanso y el ocio.

Además, puede presentarse un patrón de actividad en el que se combinen ambas situaciones, es decir, que unas veces te inclines a reducir o evitar la actividad y otras tengas la tendencia a sobrecargarte, dependiendo del momento del día, de las actividades a realizar o de tu momento vital personal. En este caso, lo recomendable es utilizar una combinación de las estrategias previas, en función de tus necesidades personales, para lograr un equilibrio entre tus dos patrones de actividad. Sería recomendable:

1-Recuperar de manera gradual las actividades perdidas, especialmente las que te resulten más satisfactorias, gratificantes o divertidas.

2-Aumentar el tiempo de descanso y la relajación cuando estés realizando una elevada actividad, tengas que cumplir muchas obligaciones o tengas que ejecutar alguna tarea que te disguste o te resulte especialmente estresante.

3-Premiarte por todo lo que haces (o no haces). Descansar para recargar tu energía también merece una frase motivadora que evite los sentimientos de culpabilidad por no estar haciendo lo que "deberías estar haciendo".