Se considera que el ruido es uno de los principales agentes contaminantes del mundo actual, denominándose agente contaminante invisible a pesar de que sus efectos negativos a todos los niveles (físico, emocional y psicológico) son visibles y perjudiciales para la salud de todos los grupos de población. La pérdida de audición ...
Se considera que el ruido es uno de los principales agentes contaminantes del mundo actual, denominándose agente contaminante invisible a pesar de que sus efectos negativos a todos los niveles (físico, emocional y psicológico) son visibles y perjudiciales para la salud de todos los grupos de población.
La pérdida de audición que provoca el ruido puede ser inmediata, aunque lo más frecuente es que se produzca de manera lenta y progresiva. Los expertos señalan que, entre las señales de que el ruido puede estar afectando a tu oído destacarían:
1-Percibes dolor o te retumban los oídos tras haber estado expuesta a un ruido.
2-Tienes dificultades para escuchar o entender correctamente a otras personas que hablan si existe ruido de fondo o están hablando varias personas a la vez.
3-Tienes la sensación de que no percibes los sonidos exteriores cuando sales de un lugar en el que se estaba emitiendo un sonido fuerte.
4-Notas una especie de zumbido en los oídos o en la cabeza (tinnitus o acúfenos) que es posible que desaparezcan con el tiempo, aunque puedes continuar sintiéndolo durante un largo período.
Los especialistas señalan que la exposición al ruido provoca en nuestra salud efectos numerosos y variados a varios niveles. A nivel físico, el efecto más conocido es la pérdida de audición, debida a una exposición prolongada a altos niveles de ruido sin protección o causada por un trauma acústico al ser sometido el oído a un sonido de alta intensidad. El exceso de ruido puede provocar, además, un aumento de la presión sanguínea, alteraciones del aparato digestivo, variaciones del sistema inmunológico, incremento de la tensión muscular, problemas de visión y cambios hormonales.
La exposición a niveles de ruido elevados y de forma continuada puede provocar estrés crónico, lo que aumenta la irritabilidad y la sensación de ansiedad. También puede causar trastornos del sueño, especialmente en ancianos, niños y mujeres. Además, pueden verse alteradas la concentración, la memoria y el aprendizaje, lo que influye negativamente en el rendimiento laboral y escolar.
Algunos estudios señalan que el ruido excesivo puede causar, además, una influencia negativa en el comportamiento social de las personas. Cuando nos sentimos irritables o cansados o nos encontramos en un lugar en el que no se facilita el contacto y la comunicación debido a la intensidad de ruido que debemos soportar, nuestras conductas se ven modificadas en sentido negativo.