La OMS señala que aproximadamente 34 millones de niños en todo el mundo sufren problemas de audición. El 60% de esta pérdida auditiva en la niñez se podría evitar o reducir prescindiendo del ...
La OMS señala que aproximadamente 34 millones de niños en todo el mundo sufren problemas de audición. El 60% de esta pérdida auditiva en la niñez se podría evitar o reducir prescindiendo del uso de juguetes con una intensidad de sonido más alta de la debida. Sin embargo, cabe destacar con la llegada de los Reyes magos que el el 54% de los adultos que compran juguetes infantiles no tiene en cuenta los niveles de ruido que hacen ni las consecuencias que pueden tener en la salud auditiva de los niños. Este dato se desprende del I Estudio sobre la Salud Auditiva en España, elaborado por GAES, compañía líder del sector de la audición cuya misión principal es mejorar la comunicación y la calidad de vida de las personas con problemas auditivos.
La OMS establece 65 dB como el umbral a partir del cual puede ocurrir deterioro auditivo, y la pérdida de audición por ruido es un proceso gradual que se manifiesta a lo largo de los años, generando efectos nocivos. Aunque la Unión Europea establece límites máximos de sonido para juguetes seguros, en la práctica, algunos de ellos alcanzan los 85 dB, lo que representa un riesgo para la audición infantil.
"Los efectos del ruido son acumulativos. Además de afectarnos directamente la salud, el ruido nos impide comunicarnos por medio de la expresión oral y esto perjudica muy especialmente a los niños, ya que les impide comprender las palabras nuevas o más difíciles, dificultando el aprendizaje", señala Francesc Carreño, director de Audiología de GAES.
Según revela el I Estudio sobre la Salud Auditiva en España de GAES, el 51% de la población española conoce casos de personas con problemas auditivos en edades tempranas, y 4 de cada 10 españoles menores de 35 años ha experimentado traumas acústicos debido al ruido excesivo.
La llegada de Papa Noél y los Reyes Magos es una nueva oportunidad para recordar a los padres que un buen juguete lo es también porque no genera un ruido excesivo. "Vale la pena informarse y comprobar primero el sonido que emiten algunos muñecos, coches y juegos. El oído de nuestros pequeños es un bien demasiado preciado como para arriesgarlo", añade Francesc Carreño.
Para evitar futuras lesiones auditivas provocadas por juguetes sonoros, GAES establece una serie de recomendaciones básicas para evitar o minimizar el impacto acústico de algunos posibles regalos: revisar los productos y leer las instrucciones para asegurar que los ruidos que emiten son inferiores a los 80 decibelios; enseñar a los niños a hacer un uso adecuado de los juguetes, manteniendo una distancia segura entre el juguete ruidoso y el oído; si el sonido es muy fuerte, utilizar algún protector en los altavoces para reducir la intensidad; enseñar a los niños a no llevarse los juguetes ruidosos a la oreja mientras juegan; y evitar la exposición mayor a ocho horas en caso de juguetes con niveles de ruido superiores a 80 decibelios
Para medir el nivel de decibeles que emite un juguete, GAES recomienda el uso de dispositivos denominados "sonómetros" disponibles en tiendas, así como aplicaciones móviles y programas de ordenador. La app Listen Responsibly, lanzada por GAES, permite a los usuarios medir los niveles de ruido en su entorno.