A medida que vamos entrando en diciembre, vamos postergando el momento de decidir el look que elegiremos para Fin de Año. Pero al final acabamos saliendo airosas porque una siempre tiene sus recursos dentro del armario, ya que no hace falta comprar una prenda específica para ese día y luego dejarla olvidada en un rincón, sino que podemos adquirir (en caso de necesitarlo) un conjunto que luego aprovecharemos en otros momentos, como puede ser un evento, una fiesta o una cena. Hay opciones que se repiten de una temporada para otra. Es lo que pasa con las lentejuelas, el terciopelo o la ropa en color negro. Cabe reconocer que puede haber variaciones, pero el patrón sobre el que se basan es este.

Brillos en todo su esplendor

Como habrás podido comprobar en las tiendas, en las redes sociales y en las revistas, las lentejuelas salen reforzadas en todas sus versiones posibles: falda corta o larga, vestido corto o largo, tops, camisetas, chalecos, pantalones, trajes de chaqueta y pantalón y hasta aparecen en los complementos (calzados, bolsos y pendientes). Lo que pasa que es en la tonalidad y en el corte que se le da a la pieza es donde se experimenta. De este modo, encontraremos vestidos cut out con pequeñas aberturas en sus laterales, piezas asimétricas o con fruncidos añadidos, combinadas con plumas o con terciopelos, en colores como morado, verde, rosa, rojo, plateado o caramelo. Los vestidos metalizados se incluyen dentro de esta sección.

Foto de Inga Seliverstova.

Comodidad, ante todo

Los zapatos de tacón se unen a la fiesta, como ocurre otras veces, pero le salen unos competidores que también llevan las de ganar porque son planos, es como si llevaras una zapatilla puesta y en medio de la noche no tendrás los pies doloridos y podrás seguir disfrutando de la velada. Las bailarinas o los mocasines metalizados o de terciopelo junto con el calzado plano con pulsera y de charol son una gran elección. En cuanto a conjuntos, verás que se lleva mucho lo de llevar una falda midi satinada, plisada o de terciopelo con un jersey, un polo o una camiseta de manga larga en tonalidades similares o totalmente distintas para crear contraste.

Foto de Andrea Piacquadio.

Tejidos suaves

Como ya comentábamos al principio, el terciopelo vuelve a estar de moda y no sólo se limita a los vestidos, sino que lo veremos en los trajes, las chaquetas, las faldas, los monos, las camisetas, las camisas, los pantalones o abrigos. De forma lisa, plisada, con hombreras añadidas, frunces o aberturas. El calzado o los bolsos se unen a esta tendencia. El color verde, el morado o el azul están muy presentes. Además de ser suave al tacto, no deja de ser confortable y muy elegante.

Foto de Mikhail Nilov.

Dos piezas inseparables

El traje de chaqueta y pantalón es un gran acierto, pero, ¿qué tal si cambias la chaqueta por un chaleco? No es una idea tan descabellada y este outfit lo podrás lucir en otros ambientes, como la oficina, en una comida o en otro evento que tengas programado e incluso para salir de fiesta. Chalecos largos con cinturón o sin él, de piel, cortos y de rayas, cruzados, con bolsillos, combinados con una chaqueta a juego, con pantalón y dobladillo incorporado o en su versión acampanada en color beis, blanco, gris, negro, azul, verde, etc. Las opciones son infinitas.

Foto de cottonbro studio.

FOTO PRINCIPAL.: Foto de Karolina Grabowska.