Seguro que más de una vez has tenido esa sensación de que la cabeza (o la mente), te funciona muy despacio, como que todos tus pensamientos y procesos mentales son mucho más lentos y pesados. O que tienes lagunas, pérdidas de memoria, dificultad para encontrar las palabras adecuadas para expresarte ...
Seguro que más de una vez has tenido esa sensación de que la cabeza (o la mente), te funciona muy despacio, como que todos tus pensamientos y procesos mentales son mucho más lentos y pesados. O que tienes lagunas, pérdidas de memoria, dificultad para encontrar las palabras adecuadas para expresarte o problemas de atención y concentración. En su momento, este problema se ha asociado a aquellos pacientes que sufrieron coronavirus y sus síntomas a largo plazo, pero lo que la niebla mental también se puede deber a otros factores, de tal manera que, a nuestra mente, en ocasiones, le pueda costar rendir con normalidad.
Los expertos utilizan este término de niebla mental para describir un estado de confusión mental, falta de claridad y dificultad para concentrarse, es decir, quien la padece es incapaz de recordar información o procesar pensamientos de una manera efectiva. Con la consiguiente repercusión a nivel profesional y personal, con los posibles inconvenientes que eso pueda conllevar. Eso sí, debemos pensar en positivo y debemos saber que se trata de una condición transitoria y que puede estar motivada por la falta de sueño, el estrés, la fatiga, la ansiedad, llevar una dieta poco saludable, trastornos hormonales, por trastornos de atención y como efecto secundario a determinados medicamentos.
Entre los síntomas más frecuentes de la niebla mental podríamos hablar de:
- Dificultad para concentrarse en tareas específicas durante períodos prolongados de tiempo.
- Confusión, fatiga y lentitud mental.
- Problemas de memoria y olvidar aspectos importantes.
- Dificultad para encontrar las palabras para expresarnos o recordar el vocabulario común.
- Falta de claridad en los pensamientos: se muestran confusos, nublados…
Aunque ya hemos comentado que se trata de un proceso transitorio, a continuación vamos a enumerar algunos consejos sencillos y muy útiles para tratar de aliviar esas sensaciones que produce la niebla mental:
- Dormir al menos durante 8 horas como mínimo.
- Hacer deporte o algún ejercicio físico, como caminar, montar en bicicleta, yoga o bailar.
- Llevar una alimentación equilibrada y saludable;
- Evitar beber alcohol;
- Optar por dividir las tareas difíciles en procesos más pequeños y concentrarse en una cosa a la vez. En este caso, puede resultarnos muy útil apuntar en un cuaderno todas las tareas que tenemos que hacer ese día e ir tachándolas a medida que las vamos haciendo.
- Fortalecer las habilidades mentales por medio de la realización de rompecabezas, sudokus, crucigramas o sopas de letras. Todos estos ejercicios nos ayudarán a fortalecer la memoria.
- Eliminar de nuestro alrededor todas aquellas cosas que nos supongan una distracción, como es el caso de la televisión, la radio o mantener alejado de nuestro lado el teléfono móvil. Si tenemos que usarlo para temas de trabajo, silenciar las notificaciones y rodearnos de un espacio cómodo y tranquilo para trabajar.