Óscar Castro, presidente del Consejo General de Dentistas, recuerda que cepillarse la lengua es importante. Lo idóneo, según el odontólogo, es hacerlo cada vez que nos lavamos los dientes. En la lengua conviven múltiples microorganismos, muchos de los cuales son beneficiosos para realizar la digestión de los alimentos. "Si no ...
Óscar Castro, presidente del Consejo General de Dentistas, recuerda que cepillarse la lengua es importante. Lo idóneo, según el odontólogo, es hacerlo cada vez que nos lavamos los dientes. En la lengua conviven múltiples microorganismos, muchos de los cuales son beneficiosos para realizar la digestión de los alimentos. "Si no la cepillamos, al igual que lo hacemos con los dientes, estos organismos pueden convertirse en patógenos que alteren nuestra salud bucodental y nos causen caries, inflamaciones y patologías como la gingivitis".
Lo ideal para cepillar adecuadamente la lengua es emplear un raspador lingual, una paleta o el propio cepillo dental, tal y como indica el experto. Con todos estos instrumentos el procedimiento es similar: tenemos que arrastrar desde dentro hacia fuera. De este modo, además de eliminar los restos de comida, sacamos al exterior las células muertas y la placa bacteriana que se ha depositado en la lengua.
Además de ayudarnos a mantener una buena higiene bucodental, el cepillado de la lengua nos ayuda a disfrutar del sabor de la comida. Debido a que se elimina la placa bacteriana de este órgano, las papilas gustativas quedan limpias y esto nos ayuda a saborear más la comida. Óscar Castro recuerda que lo ideal, en caso de que hayamos cepillado nuestra lengua antes de comer, es esperar unos 10 ó 15 minutos antes de ingerir comida.
"Las pastas de dientes tienen saborizantes y aromatizantes que cambian el sabor de la comida. Es bueno hacer una pausa antes de volver a comer para evitar que se modifique el sabor de lo que ingerimos", aclara el odontólogo.
Por otro lado, pese a que todos sabemos que debemos cepillarnos los dientes de forma habitual, el profesional nos da una serie de consejos también para hacerlo lo mejor posible y evitar dañar nuestros dientes y encías.
Es frecuente, sobre todo en el caso de los niños, que se ponga un tiempo para el cepillado dental. "El truco está en pensar que la boca está dividida en cuatro cuadrantes y dedicar unos 30 segundos a cepillar cada uno de ellos", explica el doctor.
No es lo mismo un cepillo manual que uno eléctrico. Y, dentro de estos grupos, tampoco son todos iguales. El cepillo eléctrico llega a zonas a las que el manual no consigue llegar del todo y, por tanto, evita que se queden restos de comida. Es por esto que el doctor recomienda el uso de uno eléctrico siempre que sea posible. Asimismo, recuerda que es importante cambiar el cepillo de dientes cada pocos meses y el cabezal en el caso de los eléctricos.
Asimismo, dentro de los cepillos, también encontramos distintas durezas: suaves, medios y duros. Lo cierto es que los cepillos duros no son especialmente recomendables, según recuerda el doctor. Es bastante frecuente pensar que es mejor emplear un cepillo duro, pero lo cierto es que suele ser más abrasivo y puede llegar a dañar el esmalte.
Pese a que una de los mitos sobre el cepillado dental es que es fundamental el uso de hilo dental, lo cierto es que no es necesario para todo el mundo el uso del hilo dental. Los odontólogos profesionales lo recomiendan a personas que sufren apiñamiento de dientes o tienen algunos muy separados. Si no es nuestro caso y con el cepillado de los dientes y la lengua nuestra boca queda sin restos de comida, no sería necesario, en principio, el uso de hilo dental.