La tortilla de patatas (o en su variedad francesa) es un clásico en nuestra cocina, una de esas recetas que nos acompaña en cualquier momento de nuestra vida y en el día a día. Está presente en el pincho de media mañana, en la comida, en la cena o a ...
La tortilla de patatas (o en su variedad francesa) es un clásico en nuestra cocina, una de esas recetas que nos acompaña en cualquier momento de nuestra vida y en el día a día. Está presente en el pincho de media mañana, en la comida, en la cena o a la hora de merendar. Se puede comer fría o en caliente, sola o acompañada, rellena, con cebolla o sin ella, puede ser más cuajada o menos, así que si no has probado todavía a tomarte un café acompañado de una tapa de tortilla te lo recomendamos al 100%. Pero no a todo el mundo le gusta encontrarse la cebolla en la tortilla, ya sea porque la cae pesada, porque no les agrada su sabor o simplemente tienen miedo de que su plato se estropee al quedar muy cruda o demasiado hecha. Una solución a este problema podría ser en dejar caramelizar la cebolla haciéndola a fuego suave, de modo que sería un poco más fácil de digerir e igual hasta te sorprende el contraste de diferentes sabores. En vez de experimentar con una tortilla muy grande prueba con una más pequeña. El ChefBosquet indica en su videotutorial cómo hacer la cebolla de esta manera para añadírsela a una tortilla francesa.
Corta la cebolla en juliana, echa un chorrito de aceite en la sartén y sofríela. Tapa el recipiente y remuévela de vez en cuando para que no se pegue. Cuando adquiera un color amarronado, retírala del fuego. En esa misma sartén, añade los huevos batidos, el queso rallado y la cebolla caramelizada, así como unas láminas de queso curado. Vuelve a ponerle la tapa y transcurridos unos segundos, ciérrala y emplata. Decórala con una selección de hierbas frescas. Puedes ver la receta aquí.
A continuación, vamos a por una ensalada. Aunque esta no tiene nada que ver con las que conocías hasta la fecha. Es otra manera de introducir la verdura en tu cocina sin tener que consumirla ni en crudo ni en frío. Podemos pensar que este tipo de plato está más asociado al verano o cuando las temperaturas son más agradables, pero después de realizar unos ajustes verás como este ingrediente se consume igualmente de bien en invierno. En el canal de Gipsy Chef TV ofrecen una receta original en la que le aportan un toque crujiente a la ensalada.
El primer paso será rallar el queso lo más fino posible con un rallador. Después pica las pasas con un cuchillo y repártelas por el fondo de una sartén. Añade el queso anterior, la pimienta fresca, unas semillas de sésamo y pon el recipiente al fuego. Mientras se va cocinando, aliña unas hojas de rúcula con una pizca de sal, un chorrito de vinagre, otro de aceite de oliva y agrega la pimienta fresca. Luego, aparta la sartén y sin retirar los ingredientes que hay en ella, coloca encima unas lonchas de pavo y saca la torta para un plato o una tabla, echa la rúcula y enrolla
Para la siguiente propuesta volvemos a un producto tradicional, propio de la gastronomía española, con el que aprovechamos los restos de carne, pescado o de embutido (pavo, jamón serrano, cecina o queso), u otros comestibles que tenemos al alcance, como la manzana, las nueces, las verduras o vegetales, las latas de conserva, que nos hayan sobrado después de realizar otros platos o que se nos vayan a echar a perder y damos forma a las croquetas. La bechamel, el rebozado y la fritura son cruciales para lograr un buen resultado final. ¿Te gustaría que tus croquetas quedasen líquidas y jugosas por dentro y crujientes por fuera? No pierdas de vista las recomendaciones de Cocina Para Todos para conseguirlo.
Pon un cazo al fuego y echa la mantequilla y cuando esta se derrita, agrega la harina y ve removiendo de vez en cuando. Vierte también la leche y espolvorea encima la sal junto con las especias. A partir de aquí tendrás introducir el ingrediente o ingredientes que estarán en el relleno de tus croquetas, mezcla todo e incorpora dos láminas de gelatina ya hidratadas, vuelve a remover. Luego, pasa la masa para un recipiente, cúbrela con un film transparente y guárdala en la nevera. Dale forma a tus croquetas y rebózalas en huevo y en panko. Por último, fríelas a fuego fuerte.
Para el final de este recetario hemos dejado una receta un tan peculiar. Es un plato que toma como referencia uno típico de la cocina francesa, como es la tarta tatin de manzana, pero en vez de cerrar el menú con él podría ser una buena idea para empezarlo. En el canal de las Recetas de Esbieta cambian las manzanas por tomates caramelizados
(para la masa)
(para el relleno)
Comienza tamizando para un bol la harina, añade media cucharadita de sal y mantequilla fría sin sal. Tritura todo bien y agrega a la masa unas cucharadas de agua fría. Haz una bola con las manos. Guárdala en una bolsa y ponla a refrigerar. Seguidamente, haz el relleno. Para ello corta los tomates, pon una sartén al fuego con aceite, derrite la mantequilla en ella, coloca los tomates encima y espolvorea un poco de pimienta. Cocínalos a fuego medio durante unos minutos, incorpora el vinagre balsámico y el azúcar. Remueve y deja que se hagan por ambas caras. Coge un molde, fórralo con papel para hornear y estira la masa con el rodillo. A continuación, coloca los tomates en el recipiente, ralla queso encima y cúbrelos con la masa, procurando que los bordes queden doblados. Pincha la masa con un tenedor y hornea tu tarta a 180ºC con calor arriba y abajo. Tendrá que estar en su interior entre 30 y 35 minutos aproximadamente. R precalentar el horno antes. Cuando esté lista, desmóldala y dale la vuelta.
FOTO PRINCIPAL.: Imagen extraída del vídeo de las Recetas de Esbieta.