La taurina es un aminoácido no esencial, lo que significa que el cuerpo humano puede sintetizarlo por sí mismo. Se encuentra en concentraciones más altas en tejidos que están activamente involucrados en procesos metabólicos, como el corazón, el cerebro y los músculos. Aunque no es un componente de las proteínas, ...
La taurina es un aminoácido no esencial, lo que significa que el cuerpo humano puede sintetizarlo por sí mismo. Se encuentra en concentraciones más altas en tejidos que están activamente involucrados en procesos metabólicos, como el corazón, el cerebro y los músculos. Aunque no es un componente de las proteínas, juega un papel vital en varias funciones fisiológicas.
La taurina actúa como un potente antioxidante, protegiendo las células del daño causado por los radicales libres. Este efecto antioxidante puede ayudar a reducir el estrés oxidativo, un proceso asociado con el envejecimiento y diversas enfermedades.
Se ha demostrado que la taurina tiene propiedades cardiovasculares beneficiosas. Puede ayudar a mantener la presión arterial, reducir la inflamación y mejorar la función de los vasos sanguíneos, contribuyendo así a la salud del corazón.
La taurina desempeña un papel clave en la función del sistema nervioso central. Se ha sugerido que puede tener propiedades neuroprotectoras, ayudando a mantener la salud de las células nerviosas y reduciendo el riesgo de enfermedades neurodegenerativas asociadas con el envejecimiento.
La taurina es esencial para la contracción muscular. Su presencia en los músculos ayuda a regular la respuesta al ejercicio y puede contribuir a la prevención de la pérdida muscular asociada con el envejecimiento.
Las células madre son la clave para la reparación y regeneración de los tejidos de nuestro cuerpo. A medida que envejecemos, su número y actividad disminuyen. Algunos estudios han demostrado que la taurina puede ayudar a estimular su producción.
Algunos estudios recientes sugieren que la taurina podría desempeñar un papel en la promoción de la longevidad al influir en los procesos celulares y metabólicos.
Una de las características del envejecimiento es el daño que se va acumulando en el ADN que puede provocar mutaciones y un mayor riesgo de enfermedades como el cáncer. Este aminoácido, la taurina, protege el ADN gracias a su gran capacidad para eliminar los radicales libre dañinos, estimulando, a su vez, los mecanismos de reparación del ADN.
Lo recomendable para notar en nuestro organismo los beneficios que proporciona la taurina es consumir unos 2.000 mg al día, aunque es preferible empezar con 500 o 1000 mg para luego ir aumentando.
La taurina se encuentra principalmente en alimentos de origen animal. Algunos de ellos son:
La carne roja: 100 gr. de ternera contienen 40 miligramos de taurina.
La carne de pollo: 100 gr. de carne de pollo aporta 40 miligramos de taurina.
El marisco: las almejas, las vieiras o los camarones son ricos en taurina.
El pescado azul: El atún, las sardinas o el salmón contienen grandes cantidades de este aminoácido esencial.
Los huevos: Los huevos, especialmente las claras, también contienen grandes cantidades de taurina.