Las enfermedades de transmisión alimentaria describen las patologías causadas por la contaminación de los alimentos. Se puede presentar en cualquiera de los momentos que conforman la cadena de producción, suministro y consumo de los alimentos. Incluso tú misma puedes desencadenarla si manipulas la comida sin mantener unas normas de higiene adecuadas.

Todos los años enferma un alto porcentaje de personas por consumir alimentos contaminados, lo que provoca numerosas muertes, especialmente en niños menores de 5 años, debido a enfermedades diarreicas. También pueden provocar trastornos cerebrales y neurológicos, insuficiencia renal y hepática, artritis y muerte.

Las causas son variadas. Destacarían:

1-La contaminación ambiental (la polución del agua, el suelo o el aire).

2-El almacenamiento y la transformación de alimentos.

3-La falta de higiene del manipulador de alimentos y las malas condiciones higiénicas de utensilios, herramientas y locales.

4-El contacto con basuras y residuos.

5-La presencia de plagas de animales.

6-La contaminación cruzada por otros alimentos.

7-El comercio internacional, las cadenas alimentarias más largas y el transporte de productos infectados a través de las fronteras de diferentes países.

8-El crecimiento de las ciudades, el cambio climático, la emigración y los viajes internacionales exponen a las personas a nuevos peligros a nivel alimentario.

Las enfermedades de transmisión alimentaria presentan un gran abanico de síntomas. Suelen incluir problemas gastrointestinales, pero también pueden provocar síntomas neurológicos, ginecológicos e inmunológicos. Las más frecuentes en todos los países del mundo son las que causan diarrea, aunque su incidencia en mayor en los países de ingresos bajos y medios y afectan especialmente a los niños menores de 5 años.

La infección por salmonela (salmonelosis) es una enfermedad bacteriana que afecta el aparato intestinal. La bacteria (Salmonella) generalmente vive en el intestino de los animales y de los seres humanos y se expulsa al exterior mediante las heces. El contagio por Salmonella se produce al comer diferentes alimentos (pollo, pavo, ternera, cerdo, huevos, frutas, germinados, verduras y alimentos procesados) que han estado en contacto con la bacteria.

Diferentes organismos, especialmente la OMS, facilitan medidas para ayudar a los países a prevenir, detectar y gestionar los riesgos de origen alimentario. Han creado un manual para lograr la salubridad de los alimentos en el que se detallan los mecanismos para producir, transformar, manipular y consumir alimentos reduciendo las posibilidades de que se extiendan y contraigan enfermedades de transmisión alimentaria.

A nivel individual es fundamental comprar los alimentos en puntos de venta con garantía sanitaria, seguir las indicaciones de las etiquetas de los productores y mantener normas higiénicas adecuadas en cada momento.