Existen numerosas acepciones de resiliencia. Se puede definir resiliencia como la capacidad de adaptación de los seres vivos ante un elemento perturbador o una situación adversa. Se refiere a la capacidad de afrontar la adversidad creando los recursos psicológicos que te permiten salir fortalecida y alcanzar un estado de bienestar ...
Existen numerosas acepciones de resiliencia. Se puede definir resiliencia como la capacidad de adaptación de los seres vivos ante un elemento perturbador o una situación adversa. Se refiere a la capacidad de afrontar la adversidad creando los recursos psicológicos que te permiten salir fortalecida y alcanzar un estado de bienestar a todos los niveles. Las personas con resiliencia adecuada son más flexibles y abiertas a los cambios que se producen en la vida y toleran mejor la incertidumbre en todos los sentidos.
El concepto resiliencia se relaciona con la autoconfianza, la capacidad de recuperación ante problemas emocionales, la perseverancia, la flexibilidad, la orientación al logro, la extinción del miedo y la reducción del estrés. Facilita el desarrollo de pensamientos positivos alternativos y ayuda a superar temores que, en ocasiones, nos paralizan y reducen nuestra calidad de vida.
Las personas resilientes se caracterizan por haber desarrollado un alto nivel de autoconfianza y se proyectan hacia adelante para conseguir los objetivos que se han propuesto porque saben que tienen la capacidad de alcanzarlos. Son constantes, no paran hasta lograr sus metas y se adaptan a las situaciones difíciles buscando proactivamente una solución adecuada a cada problema planteado.
A pesar de que cada uno de nosotros presentamos una potencialidad innata para ser resilientes, asociado a la base biológica cerebral y al desarrollo de capacidades personales, la resiliencia se puede potenciar.
Para ser resiliente también es necesario tener un profundo autoconocimiento que te ayude a reconocer tus potencialidades y limitaciones. Así podrás evitar etiquetarte de manera negativa potenciando una visión positiva de ti misma que te ayude a demostrarte que eres capaz de superar las dificultades.
Entender la resiliencia es más fácil si piensas en lo que supone recibir el diagnóstico de una enfermedad, por ejemplo. Esta situación suele provocar una alteración a nivel psicológico, especialmente cuando se trata de una patología grave o crónica, aunque no todas las personas reaccionan de la misma manera ante las enfermedades. Los pacientes resilientes son capaces de aceptar la realidad impuesta por la enfermedad, tienen o crean la capacidad de encontrarle sentido a la vida a pesar de las limitaciones y, durante el proceso de tratamiento, se fortalecen para soportar y mejorar sus condiciones de vida.
Si percibes que tus niveles de resiliencia no se encuentran en valores adecuados, acudir a un profesional sanitario, fundamentalmente un psicólogo, puede servirte de apoyo fundamental para conseguirlo.