Todas las personas tenemos capacidades diferentes e innatas solo que a veces no sabemos cómo desarrollarlas y si no estamos muy atentos para identificarlas y así potenciarlas, algunas se acaban perdiendo. Por capacidad se entiende las cualidades o aptitudes de una persona para desarrollar una tarea. ¿Cuándo esta capacidad se convierte ...
Todas las personas tenemos capacidades diferentes e innatas solo que a veces no sabemos cómo desarrollarlas y si no estamos muy atentos para identificarlas y así potenciarlas, algunas se acaban perdiendo.
Por capacidad se entiende las cualidades o aptitudes de una persona para desarrollar una tarea. ¿Cuándo esta capacidad se convierte en habilidad? Cuando tus cualidades o aptitudes entran en escena. En el momento en que desarrollas una tarea de manera repetida, la capacidad se transforma en habilidad. Recuerda esta frase: La práctica proporciona habilidades. La repetición te permite realizar una tarea correctamente de manera fácil.
Os dejo aquí un glosario de palabras que entran en juego en los hábitos y calidad de vida y que cada persona puede desarrollar a pesar de no haberlas puesto en práctica:
CAPACIDAD: Todos tenemos. Requieren identificación y estimulación.
VOLUNTAD: Empujón inicial, una vez has tomado la decisión.
PACIENCIA: Esperar sin angustia ni frustración por no ver resultados inmediatos.
CONSTANCIA: Mantener un esfuerzo o dedicación sostenido a lo largo del tiempo incluso sin obtener resultados inmediatos.
MOTIVACIÓN: Se construye siendo paciente y constante y te lleva a la acción.
HABILIDAD: Se consigue poniendo en escena las cualidades y aptitudes a la hora de desarrollar una tarea de manera repetida.
DISCIPLINA: Se obtiene manteniendo la organización, cuidando la rutina, asegurándose de que ciertos comportamientos se mantengan la mayor parte del tiempo para que se logren las metas.
¿Naciste "así" o te has vuelto "así"? quizá sea la pregunta que más me han hecho a lo largo de los años las personas que no me conocen mucho. Y lo cierto es que en el caso de la capacidad para adquirir hábitos sí, nací "así"... aunque he ido entrenando.
Empezaré por el principio con un tema que sorprende muchísimo: el afán por madrugar.
Este hábito causa mucho revuelo casi siempre. Si ya eres de los que madruga te invito a seguir leyendo porque quizá alguno de los tips que doy te sirva.
Según lo leído y escuchado sobre este tema, madrugador/a se nace.
Cada persona tiene su ritmo circadiano que es único y que de entre otras funciones influye en la de sueño-vigilia, de ahí que haya personas que tenemos más actividad y somos más productivas a primera hora de la mañana y quien lo es a última hora del día. ¿Cómo saberlo? Prestando atención a tu cuerpo: cuándo te pide actividad y cuándo inactividad, cómo reacciona ante un nuevo horario o cómo lo hace manteniendo un horario regular; son aspectos que puedes observar para conocerte mejor y sacarle más partido a tu parte productiva y de descanso. En este artículo Xevi Verdaguer explica genial los pasos.
Desde adolescente he sido diurna. Por supuesto que he trasnochado y mi ritmo circadiano se ha visto alterado por las prioridades de la edad, pero la cabra tira al monte y para estudiar, por ejemplo, siempre he preferido poner el despertador bien temprano.
30 años más tarde sigo con esta práctica porque -y aquí es donde explotan muchas cabezas [risas]- madrugar me hace más feliz. Sí, has leído bien. Eso sí, siempre que haya detrás un descanso de calidad. Si este descanso existe elijo madrugar porque amanecer con el día, el ASMR en la quietud de las primeras horas, producir desde bien temprano, pensar en todas las horas que quedan antes de empezar la jornada… a mí, personalmente, me hace sentir que voy "por delante del tiempo" y que este no me pisa los talones.
Son tantos los beneficios que obtengo de madrugar que en festivo o vacaciones no hay nada que me obligue a mantener este hábito y sin embargo lo mantengo. Por eso os animo a poner el despertador una/s hora/s antes de que empiece vuestra jornada. El mío suena a las 5:45 para asegurarme de que a las 6:00 ya estoy en pie. Me regalo esos 15 minutos que a veces exprimo y otras no siento la necesidad de hacerlo pero que disponer de ellos equilibran lo que a veces me pide el cuerpo (girar la almohada por el lado fresquito y seguir durmiendo) y lo que la mayoría de las veces me pide la mente (a "hacer cosas!").
En definitiva: equilibra lo que me apetece y lo que me conviene.
Madrugadora se nace, sí, tal y como explico en la parte de los ritmos circadianos, pero igual que te has acostumbrado a madrugar para ir a trabajar puedes conseguirlo para hacer deporte, para leer, para hacer gestiones en casa o fuera o lo que sea que evite que tengas la sensación frustrante de no llegar a todo o, todavía peor, de no tener tiempo para ti.
¿Cómo conseguir madrugar? Bien. Lo primero que debes tener claro es si quieres hacerlo. Se consigue aquello que verdaderamente se quiere alcanzar. Pregúntate: ¿Quiero realmente levantarme antes para dedicar ese tiempo a lo que me apetezca? Y si de verdad quieres lo conseguirás, aunque al principio necesites un empujón. E intentaré ser yo quien te lo dé, con tips que creo que ayudan a conseguirlo:
1. Decide por y para qué quieres madrugar y una vez lo tengas claro pasa al paso 2.
2. Te recomiendo iniciar esta práctica el primer día laborable del mes.
Pon el despertador 15´ antes durante la primera semana. Seguro que haber leído mi teoría de los 15´ te motivará. Los hábitos requieren tiempo. No te frustres durante el proceso pero no desenfoques la meta.
La segunda semana aumenta 15´.
La tercera semana, 15´ más.
Y la última semana del mes otros 15´.
Cuando se inicie el nuevo mes habrás conseguido madrugar 1 hora!
Muy atenta si observas que esos 15´ los malgastas, por ejemplo, mirando RRSS en la cama. Consejo: sal de tu perfil en RRSS la noche anterior. Tener que introducir tu nombre de usuario y tu contraseña cuando por la mañana quieras entrar, seguro que reconducirán tu comportamiento y recordarás tu verdadera meta.
Si la práctica es otra, busca estrategias que no te alejen de tu objetivo.
3.Te sugiero invertir el tiempo de superávit de cada semana en la misma práctica. Es decir, la primera semana invierte esos 15´ en la misma tarea. ¿Por qué? Porque como he mencionado al inicio del artículo: la práctica proporciona habilidades. Hacer cada día lo mismo te hará hábil más rápido y dominar la materia (deporte, lectura, escritura,
preparar la cena…) te empoderará porque la realizarás bien fácilmente.
La segunda semana serán 30´, así que piensa en qué prefieres invertirlos pero sigue con la técnica de una sola tarea, porque quien mucho abarca poco aprieta.
La tercera semana son 45´, ya puedes mezclar un par de tareas en la semana.
Y la cuarta semana es 1 hora y ya tienes 21 días de práctica a tus espaldas, así que invierte esos 60 minutos como mejor encaje con tu organización del día.
Spoiler: Si eres paciente y constante sentirás, a pesar de que no consigas madrugar algún día, motivación, porque conseguir metas estimula la parte emocional y la motivación nace ahí. Y aunque sentirse motivado es muy válido en este proceso de adquisición de hábitos es todavía más válido e importante ser disciplinado, ya que la disciplina te hará mantener el enfoque en lo que quieres conseguir y eso es vital para adquirir el hábito.
Y para no perder las buenas costumbres en la despedida, os dejo una frase con la que me identifico mucho. El libro es La caza del carnero salvaje y su escritor Haruki Murakami:
"La parte que avanza es la de la voluntad y la que hace avanzar, la de los beneficios."