Aproximadamente el 80% de los adultos españoles presentan enfermedades relacionadas con sus encías y casi la mitad se encuentran en una situación complicada a este nivel según los datos que manejan los expertos en este ámbito. Estas cifras indican la importancia que es preciso dar al cuidado de las encías para mantener nuestra boca y, por tanto, nuestra salud en perfecto estado.

El tejido que conforma las encías se denomina tejido gingival, cubre el hueso maxilar y mandibular y es el encargado de rodear los dientes. Su estado puede verse afectado por diferentes causas como el componente genético, el estrés, el consumo de tabaco y alcohol, la administración de ciertos medicamentos, la diabetes y los cambios hormonales, entre otros factores.

Actualmente se considera que el estrés se relaciona con varias alteraciones a nivel de la boca porque, en esta situación, las personas afectadas recurren a hábitos poco saludables (consumir alcohol o fumar en exceso, por ejemplo), reducen la higiene por falta de tiempo y ganas y siguen una dieta inadecuada en la que se generan carencias nutricionales.

Se define gingivitis como la inflamación de las encías debida a un acúmulo excesivo de placa bacteriana y sarro en esa zona que produce alteraciones funcionales. Los síntomas están muy claros y son fácilmente reconocibles: enrojecimiento, inflamación y sangrado en la zona afectada. El tratamiento es sencillo y la prevención resulta fundamental.

Para mantener una correcta funcionalidad, los expertos señalan que sería recomendable:

1-Realizar en casa a diario una limpieza adecuada. Practicar un cepillado correcto (tres veces al día, de todos los dientes y sin olvidar los márgenes de las encías) con un cepillo adecuado y un dentífrico específico que permita la eliminación de la placa bacteriana. Resulta fundamental utilizar el hilo dental, la seda dental o los cepillos interdentales, considerados elementos básicos para lograr una correcta higiene gingival (son fundamentales para eliminar la placa que se acumula en esa zona a la que el cepillo no llega correctamente) y emplear un colutorio adecuado.

2-Acudir al dentista una vez al año como mínimo. Cuando se ha instaurado el problema que afecta a las encías, el odontólogo realizará un raspado, alisado y pulido para eliminar las bolsas y el sarro presente en la zona. Se aplica anestesia local y suele acompañarse de tratamiento antibiótico oral y sesiones periódicas de mantenimiento. Los casos más graves y que no responden al tratamiento precisan una cirugía específica que el experto indicará.

3-Realizar una exhaustiva limpieza de la boca completa y una visita anual (como mínimo) al higienista dental. Es fundamental realizar limpiezas bucales en el higienista dental periódicamente (no debe pasar más de un año entre ellas) para evitar que las bacterias se multipliquen y prevenir las enfermedades periodontales.