3 recetas con frutos secos

Carmen Reija. Farmacéutica y divulgadora sanitaria

Los frutos secos suelen formar parte de aperitivos y postres, normalmente en crudo, aunque son muy versátiles y pueden ser incluidos en platos más originales y sofisticados a los que aportan excelentes propiedades nutricionales y organolépticas. En salsas, confituras o pasteles, por ejemplo, combinan muy bien. No renuncies a su empleo habitual, salvo que sufras alguna alergia que te impida su consumo.

03/08/2023

Los frutos y frutas secos son ricos en oligoelementos, esenciales para el organismo. Aportan agua, proteínas, de gran valor biológico, grasas saludables, ácido fólico y minerales como calcio, hierro y potasio, por ejemplo. Se dividen en dos grandes grupos: los que están rodeados por una cáscara dura (como almendras, nueces o ...

Los frutos y frutas secos son ricos en oligoelementos, esenciales para el organismo. Aportan agua, proteínas, de gran valor biológico, grasas saludables, ácido fólico y minerales como calcio, hierro y potasio, por ejemplo.

Se dividen en dos grandes grupos: los que están rodeados por una cáscara dura (como almendras, nueces o pistachos, por ejemplo) y los que proceden de frutos desecados (como uvas pasas, ciruelas y dátiles, entre otros).

En la cocina se emplean ambas presentaciones y resultan complementos ideales de platos preparados con carne de caza y aves. También se emplean molidos o triturados para preparar salsas. En ocasiones, se usan para elaborar dulces como helados, mermeladas y tartas, por ejemplo. En este sentido, la tarta de Santiago está elaborada con almendra como ingrediente básico.

Puedes emplearlos como quieras en recetas sencillas y variadas. Te proponemos:

1-Confitura. Deja macerar en una olla con agua templada orejones, higos, ciruelas y uvas pasas durante, al menos, 18 horas. A continuación, tras la maceración, lava y pela una naranja y un limón. Retira la parte blanca de la piel y recorta la zona coloreada en tiritas finas que debes reservar hasta su utilización. Exprime la naranja y el limón y reserva el zumo. Añade a la olla en la que están los frutos macerados el zumo, un palo de canela, azúcar y las pieles de los cítricos cortadas. Remueve y cuece a fuego lento durante 30 minutos. Tras ese tiempo añade nueces peladas y anacardos, remueve y deja que siga cociendo otros 10 minutos. Coloca la confitura en un recipiente de cristal y déjala enfriar antes de consumirla.

2-Canastillas con almíbar. Deja macerar en una olla con agua templada orejones, dátiles sin hueso y uvas pasas durante, al menos, 4 horas. A continuación, tras la maceración, añade agua, azúcar y nuez moscada. Cuece esta preparación durante 15 minutos. Apaga el fuego, retira las frutas y resérvalas. Deja que se enfríe el almíbar en la propia olla. Utiliza canastillos de pasta untados con mantequilla y cubre la parte interior también con pasta. Distribuye las frutas en las canastillas, añade mantequilla y hornea a 150 grados durante 10 minutos. Hierve el almíbar y, cuando estén listas las canastillas, échalo suavemente por encima.

3-Queso con avellanas. Elige tu queso preferido y mézclalo con un queso de untar que resulte poco intenso para que no enmascare el sabor del otro. Forma una bola con el preparado. Machaca en un mortero avellanas tostadas, sin piel y sin sal. Recubre la parte exterior de la bola de queso con las avellanas hasta que quede cubierto totalmente. Colócalo en un plato y rodéalo con picos integrales, por ejemplo.

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