Pequeños bocados de mar directos al paladar, eso son las ostras. Un molusco que se consume desde tiempos de los romanos. Pero, saber cómo comer ostras te puede ayudar a disfrutar mejor de su sabor, además de evitar un buen susto por culpa de una intoxicación alimentaria. Desde el Restaurante ...
Pequeños bocados de mar directos al paladar, eso son las ostras. Un molusco que se consume desde tiempos de los romanos. Pero, saber cómo comer ostras te puede ayudar a disfrutar mejor de su sabor, además de evitar un buen susto por culpa de una intoxicación alimentaria. Desde el Restaurante El Palacio de la Bellota te explican a continuación alguno trucos y consejos para disfrutar de esta delicatessen.
El frío le va muy bien a la ostra, con lo que se recomienda consumirla en los meses que más frío hace, de septiembre a abril (meses con la "r")
Se puede ayudar de un abreostras, utensilio específico para tal fin. Deben estar bien cerradas cuando se compran, o deben cerrarse por sí solas (indicador de que están vivas). Cuando se abren, tienen que estar llenas de agua y oler a mar, pero de forma sutil.
Las ostras se comen en una forma muy sencilla y directa: abrirlas y aspirarlas junto con su propia agua con sabor a mar. Otra forma gastronómica tradicional es hacerlo vivas, crudas y frescas, acompañadas con un poco de pimienta blanca, limón, vinagre y chalota, mantequilla y pan de centeno.
Además, también se pueden cocinar, pueden servirse al vapor, hechas al horno, asadas, en salsas, etc. hay un sin fin de recetas. Lo único que se debe tener en cuenta en cada una de ellas es que la ostra sea fresca y controlar muy bien su tiempo de cocción, para evitar estropearla. Se recomiendan cinco minutos para unas ostras medio hechas y no más de diez minutos si se quieren bien cocidas.