El 60% de la población tiene problemas de sueño en verano

Sofía Borrás

Consumir alimentos ricos en tirosina en la primera mitad del día y apostar por alimentos con alto contenido en triptófano por la tarde-noche para combatir los efectos del verano, tiene un efecto positivo en la calidad del sueño.

12/09/2022

Diversos estudios señalan que existe una correlación directa entre los cambios de temperatura y aspectos como la duración o la profundidad del sueño. Por lo tanto, las noches tórridas, consideradas aquellas en las que la temperatura oscila entre los 20 y los 25ºC, se pueden convertir en la peor pesadilla ...

Diversos estudios señalan que existe una correlación directa entre los cambios de temperatura y aspectos como la duración o la profundidad del sueño. Por lo tanto, las noches tórridas, consideradas aquellas en las que la temperatura oscila entre los 20 y los 25ºC, se pueden convertir en la peor pesadilla de los españoles. En concreto, según AdSalutem Instituto del Sueño, el 60% de la población tiene problemas de sueño durante en las noches que se superan los 20ºC.

Se conocen, al menos tres factores que influyen en la calidad del sueño en verano:

Más horas de exposición a la luz solar. Debido al cambio horario que se produce con la llegada del solsticio de verano se aumentan las horas de exposición al sol. Esta medida, que se lleva a cabo con el objetivo de reducir el consumo energético, tiene un impacto directo en la calidad del sueño ya que el ser humano tarda más en percibir la llegada de la noche y, por consecuencia, iniciar el proceso de relajación previo a irse a dormir.

Cambio de hábitos: mala alimentación y más vida social. Las buenas temperaturas, las horas de sol y el inicio de las vacaciones cambian por completo los hábitos del día a día. En verano, de forma habitual, se tiene más vida social y las entradas y salidas suelen impactar en la alimentación. Todos estos cambios repercuten de forma negativa en la calidad del sueño ya que, por lo general, la alimentación suele ser más pesada y abundante y la vida social se incrementa.

Lidiar con las altas temperaturas. El cambio de temperatura, que tiene lugar tanto en verano como en las épocas más frías del invierno, influye de forma directa en el sueño. Si bien es cierto que el cuerpo humano cuenta con termorreguladores que estabilizan la temperatura corporal, las situaciones de frío y calor extremo condicionan por completo los ciclos de sueño de las personas. Por ello, el verano es una de las épocas donde se tiene una peor calidad de sueño.

Cronobiología nutricional, la clave para combatir el insomnio en verano

Un sueño de mala calidad tiene un efecto directo en el estado de ánimo de las personas y, además, la evidencia científica lo señala como un aspecto que puede tener un impacto negativo en la salud. Para revertir esta situación, uno de los aspectos más importantes es prestar atención a la alimentación ya que la nutrición tiene una importante influencia en los trastornos del sueño. En concreto, una de las opciones más recomendadas por los expertos es prestar atención a la relación existente entre la cronobiología y la alimentación. Es decir, tener en cuenta los ritmos biológicos del cuerpo a la hora de elegir una dieta o cuidar los hábitos alimenticios.

Por ello, adaptar la alimentación al funcionamiento del organismo es especialmente útil en verano. Desde el departamento médico de laboratorios Ysonut, afirman que "aprovechar el aporte nutricional de ciertos alimentos puede ser muy útil tanto para estimular el organismo durante el día como para prepararlo para las horas de sueño en la noche". En este sentido, señala que "el consumo de alimentos ricos en aminoácidos precursores de los neuromediadores cerebrales, puede influir en aspectos como la optimización de la energía para las actividades diarias o la calidad del sueño".

  • Consumir alimentos ricos en tirosina durante el día. Este aminoácido, presente en productos como los lácteos, las legumbres, los frutos secos, la carne roja, las aves o los pescados, se recomienda para combatir la fatiga, aumentar la activación y recuperar la energía.

  • Consumir alimentos con alto contenido de triptófano por la tarde-noche. La presencia de este aminoácido en alimentos como los huevos, la leche, el plátano o el aguacate favorece la producción de serotonina y melatonina, neurotransmisores vinculados con la correcta regulación de la ansiedad y del sueño.
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