"Cuando estamos ansiosas y nuestro sistema nervioso simpático se activa, estamos hiperexcitadas, nuestro sistema se activa cuando nos sentimos amenazadas, en peligro o, simplemente, nuestra mente nos invade con ciertos pensamientos tan negativos que por momentos no podemos controlar. Sin embargo, podemos trabajar con nuestro propio sistema nervioso autónomo para llegar ...
"Cuando estamos ansiosas y nuestro sistema nervioso simpático se activa, estamos hiperexcitadas, nuestro sistema se activa cuando nos sentimos amenazadas, en peligro o, simplemente, nuestra mente nos invade con ciertos pensamientos tan negativos que por momentos no podemos controlar.
Sin embargo, podemos trabajar con nuestro propio sistema nervioso autónomo para llegar a un estado en el que la ansiedad y otros estados emocionales intensos, como la ira y la tristeza, sean más manejables. Primero, debemos entender cómo funciona nuestro sistema nervioso parasimpático, sobre cuando está en el estado vagal ventral, en reposo, o en modo digestión.
"Nuestro estado vagal ventral es cuando estamos seguras y conectadas. Sabemos y sentimos que estamos a salvo", explica Amanda Marks, fundadora de Resilient Counseling. "Es donde estamos funcionando mejor. Podemos regular nuestras emociones y manejar las dificultades de manera efectiva".
Nuestros cuerpos pueden ser nuestros mensajeros de confianza, permitiéndonos saber dónde estamos en nuestros sistemas. Por ejemplo, cuando nuestros sistemas simpáticos se activan, podemos experimentar un aumento de la frecuencia cardíaca y/o dificultad para respirar. "Podemos sentirnos abrumados, nerviosos e incluso con pánico, no nos sentimos seguros", explica Marks.
Siéntate en una silla cómoda con los pies en el suelo y toma conciencia de la conexión de ambos pies con el suelo y la conexión de la silla con la espalda y las nalgas. Tómate un tiempo para sentirse sostenida y apoyada. También puedes intentar envolverte en una mantita y colocarla sobre una parte de su cuerpo, lleva ahí tu atención, a la sensación de la manta contra su cuerpo.
Según Marks, quien recomienda esta herramienta a sus clientes hiperexcitados, el agua fría activa directamente el nervio vago, que es la principal red nerviosa de nuestro sistema nervioso parasimpático. Cuando se activa el nervio vago, podemos acceder mejor al estado vagal ventral. "Recomiendo salpicarte la cara con agua fría o usar una bolsa de hielo congelada en la frente", sugiere.
"Cuando estamos hiperexcitados, les enseño a trabajar con la respiración, como limpiar la respiración que es básicamente un gran suspirocomparte Marks. Además de limpiar la respiración, usar una exhalación prolongada para estimular nuestros estados parasimpáticos, con o sin contar, también puede funcionar. Si se incluye el conteo, intenta inhalar hasta contar hasta tres y exhalar hasta contar seis durante varias rondas, y luego inhalar hasta contar hasta cuatro y exhalar hasta contar hasta siete u ocho durante varias rondas.
Ya sea dando un paseo por la naturaleza, andando con los pies descalzos en la hierba o simplemente observar los árboles y las flores por la ventana, conectarse con el mundo natural puede tener un efecto positivo en su sistema nervioso autónomo y ayudarte a calmarte.
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