La leche es una bebida frecuente que solemos tomar cada día. Es uno de los alimentos con mayor valor nutricional que repercute positivamente en el desarrollo cerebral, en el crecimiento y en nuestra estructura ósea. Su ingesta se recomienda principalmente en el caso de embarazadas, niños, adolescentes y en personas de ...
La leche es una bebida frecuente que solemos tomar cada día. Es uno de los alimentos con mayor valor nutricional que repercute positivamente en el desarrollo cerebral, en el crecimiento y en nuestra estructura ósea.
Su ingesta se recomienda principalmente en el caso de embarazadas, niños, adolescentes y en personas de la tercera edad. Ahora bien, en algunas personas puede crear ciertos problemas de tipo digestivo hasta el punto de provocar estreñimiento, gases, vómitos, diarrea e incluso dolores en la parte abdominal.
Si no te sienta bien la leche, son varias las razones que pueden explicar cualquiera de estos efectos.
Como decíamos, existen diversos motivos por los que la leche puede ocasionar ciertos malestares como los descritos anteriormente. Uno de los más comunes guarda relación con la intolerancia a la lactosa. Una persona que padece malestares estomacales cada vez que consume este producto debe estar al corriente de ciertos cuidados si quiere volver a consumirla.
La leche contiene vitamina D, calcio y proteínas de gran calidad, necesarios para el correcto funcionamiento del organismo. Sin embargo, algunas personas pueden sentir molestias causadas por el azúcar natural de la leche.
En realidad, la leche no es un producto laxante. No obstante, en algunas personas puede provocar diarrea e incómodos gases. La enzima que se produce en el intestino delgado facilita la digestión y la absorción de la lactosa de la leche, pero cuando la cantidad de esta enzima es insuficiente se producen este tipo de dolencias digestivas.
La lactosa de la leche llega al colon y, dado que no se procesa por la falta de esta enzima, las bacterias que se encuentran en la zona forman un proceso de fermentación con el azúcar, dando lugar a una inflamación y a ciertos síntomas molestos como cólicos o diarrea.
Este tipo de afecciones pueden presentarse en personas de cualquier edad. Ahora bien, existen algunos factores que aumentan el riesgo de padecer este tipo de intolerancia, oómo patologías en el intestino delgado o los nacimientos prematuros.
En cuanto a si la leche produce estreñimiento, no existe ninguna relación desde el punto de vista científico que avale esta teoría. Lo único que se sabe con total seguridad es que la leche es una bebida muy nutritiva y beneficiosa para el cuerpo humano. Sin embargo, algunas personas que consumen leche o productos lácteos en abundancia, abandonando al mismo tiempo la ingesta de otros alimentos necesarios como vegetales, legumbres, frutas o cereales, pueden provocar que el proceso digestivo se vuelva más lento, dando lugar al estreñimiento.
Si es tu caso, es decir, si padeces estreñimiento regularmente, es preferible consultarlo con el médico para iniciar el tratamiento más adecuado.
Si se toma la dosis recomendada diaria, la leche es muy buena para el desarrollo óseo y para el crecimiento. También es clave durante el embarazo y la lactancia, y ayuda en la prevención de ciertas patologías como las cardiovasculares y ante determinados cánceres como el de colon o el de vejiga.
La leche contiene una gran variedad de nutrientes, entre las que destacan las siguientes: fósforo, magnesio, calcio, vitamina D, vitamina B12, proteínas, grasa buena y selenio. Su consumo en niños y adolescentes es vital para concederles el aporte de calcio que necesitan para el buen desarrollo de los dientes y de la estructura ósea.
Si al consumir leche todos los días sientes malestares en el estómago, antes de eliminarla de tu alimentación, consúltalo con el médico. Es recomendable que se lleven a cabo ciertas pruebas concretas para determinar el alcance del problema e iniciar el tratamiento correcto.
La persona afectada no puede eliminar por sí misma el consumo de leche porque eso podría acarrear una reducción de los nutrientes que su organismo necesita y, por tanto, aumentar las posibilidades de sufrir ciertas enfermedades como la osteoporosis.
Lo que hay que hacer es obtener una dieta equilibrada para que el proceso metabólico del cuerpo funcione adecuadamente. El objetivo es obtener una adecuada solución de vitaminas y minerales para favorecer el completo desarrollo. Si el especialista cree conveniente que la persona afectada elimine el consumo de leche y productos lácteos, deberá planificar una dieta concreta que compense los nutrientes obtenidos a través de estos productos.