Todas pasamos por etapas en las cuales, el trabajo puede generar o desencadenarnos un estado de alerta constante, y este estado, mantenido en el tiempo puede desembocar en el temido estrés, pero ¿qué es exactamente y cómo podemos diferenciarlo de si es bueno o malo? El psicólogo Juvenal Ornelas de mundopsicologos ...
Todas pasamos por etapas en las cuales, el trabajo puede generar o desencadenarnos un estado de alerta constante, y este estado, mantenido en el tiempo puede desembocar en el temido estrés, pero ¿qué es exactamente y cómo podemos diferenciarlo de si es bueno o malo?
El psicólogo Juvenal Ornelas de mundopsicologos habla de si existen personas más propensas a sufrir distrés o eustrés.
El estrés es necesario y debemos tenerlo. Porque el estrés hace que "atemos y controlemos nuestro ambiente". Cuando se produce estrés, se trata de una reacción por una parte interna, donde se activa el ser capaz de hacerlo bien y por otro lado externa, que coincide con lo que me piden los demás que haga y si puedo hacerlo. Si mantenemos la honestidad propia, y vemos que somos capaces de llevar a cabo la tarea, que nos vemos realizando aquello que nos proponemos de una manera adecuada, el estrés está controlado.
Y sería positivo para el sujeto. En el sentido contrario nos provoca sea interna o externamente un desequilibrio que debemos abordar de inmediato sin darle margen a que aumente. De una manera sencilla el estrés es adaptación a una demanda que nos surge en cualquier momento de la vida. El ser capaz de hacerlo o no, y sobre todo de controlarlo o no.
El eustrés es un estrés positivo para nuestro organismo. A diferencia del distrés, también conocido como estrés negativo, el eustrés es el que nos ayuda a encontrar la motivación, mejorar nuestra productividad y alcanzar nuestras metas. Una persona que se siente segura de sus capacidades, es muy probable de que experimente un estrés positivo.
Si en cambio percibe una situación de amenaza y angustia, entonces experimenta estrés negativo, acompañado por síntomas psicofísicos como insomnio o dolor de cabeza.
Genera atención y emoción
Aumenta la productividad
Amplifica la conciencia de uno mismo
Dura a corto plazo
Estrés negativo (distrés)
Genera preocupación, ansiedad y sentimientos negativos
Implica problemas y molestias a nivel psicofísico
Disminuye la productividad y nuestras habilidades de enfrentamiento
Dura a largo plazo
«Cuando puede ser uno o otro estrés, depende de desde que punto lo afrontamos. Si de inicio lo que se nos propone, no lo vemos, es un distrés, que claramente con una reformulación temporal puede convertirse en un "porque no, vamos a por ello". De la misma forma cuando afrontamos inicialmente con demasiado entusiasmo una actividad puede que nos asalte una duda que nos lleve a pasar del eustrés al distrés. Nos pasa más de lo que creemos, y siempre tiene ese componente de doble partidos. Y gracias a ellos el enfoque con el que transitamos puede cambiar y conseguir el objetivo de finalizar», dice Juvenal Ornelas.
Además, existen personas más propensas a sufrir distrés o eustrés. "La personalidad tiene claros componentes asociados a una u otra opción, pero debemos contar con la actitud en cómo se afronta ese momento. Claro que un exigente, perfeccionista puede comenzar siendo eustrés frente a la situación y que su actitud le active para conseguirlo, pero puede que tanta perfección le lleve a sufrir instantes de distrés durante el proceso, más por su autocastigo que por sus capacidades.
Las personas que afrontan y se adaptan a la vida de manera positiva, pueden tender a conseguir controlar mejor sus niveles de estrés, en enfocarlo como un simple juego, un logro a conseguir que les motive, les ayude a ello. El ser y sobre todo el afrontar las cosas desde el derrotado, consume y transforma ese estrés en negativo y hace que no se valore adecuadamente las capacidades de cada uno", explica el psicólogo.