¿Cómo cuidas tu diálogo interno?

Estefanía Grijota

La importancia del diálogo interno, cómo nos afecta, y de qué manera influye en nuestro crecimiento personal es básico para una autoestima mucho más sana y saludable. Te lo explicamos desde esVivir

22/02/2022

El diálogo interno es la forma en que tenemos estructurados nuestros patrones de pensamiento y de hablarnos sobre nosotras mismas. Dicha forma, está involucrada de forma muy estrecha en la manera de sentiros. Este diálogo interno, tiende a darse con mayor frecuencia de manera negativa llegando a ser destructiva. Sin ser ...

El diálogo interno es la forma en que tenemos estructurados nuestros patrones de pensamiento y de hablarnos sobre nosotras mismas. Dicha forma, está involucrada de forma muy estrecha en la manera de sentiros. Este diálogo interno, tiende a darse con mayor frecuencia de manera negativa llegando a ser destructiva.

Sin ser conscientes de que esa manera de hablarnos, de enfocarnos, está tan enraizada dentro de nosotras, que ya forma parte de nuestras actitudes y comportamientos. Así habla la psicóloga experta en autoestima Carolina Lozano de mundopsicologos, quien nos explica cuáles son los tipos de diálogo interno negativo y nos da algunos consejos para mejorar y cambiar nuestro diálogo interno y aprender a tratarnos bien.

Cómo nos afecta nuestro diálogo interno

"Desde la más tierna infancia, se van produciendo las relaciones interpersonales. En las mismas, se van construyendo diversos discursos, compuestos de roles preestablecidos, creencias erróneas o distorsionadas y de etiquetas. Con la familia, los amigos o compañeros de trabajo hablamos de forma continuada, pero realmente con quien más mantienes un diálogo es contigo misma. Si una persona de tu círculo necesita de ti, seguramente siempre estés dispuesta a ofrecerle la mejor respuesta para gratificarlo", explica.

Pero cuando se trate de ti misma, puede que no tengas esa paciencia que has tenido con tu círculo cercano, y comiences a etiquetarte, a juzgarte, o pensar de forma nociva hacia ti misma. Pensar mal sobre nosotras mismas, nos genera rechazo, culpa, o enfado, llevándonos a una baja autoestima, o a un estado anímico de ansiedad, estrés o depresión. Nuestro diálogo interno nos puede llenar tanto de positividad o de negatividad, y con ello a sentirnos autorrealizadas o a dar paso al autosabotaje.

La manera que elegimos para dirigirnos a nosotras mismas, nos define. Para esta experta, si te diriges con desprecio, creyendo que eres mucho menos que cualquier otra persona, criticando tu propio potencial, estas siendo tu propio enemigo y por tanto autosaboteándote, pero cuando nos referimos a nosotras mismos desde el amor, el respeto, la compasión, la permisión, estamos siendo nuestro propia amiga.

"Cuando tenemos nuestro propio diálogo interno, se activan áreas neuronales, haciendo una modificación dentro de tu cerebro. Si empleas un diálogo en positivo, vas a fortalecer tú estado anímico, reducirás el estrés, la ansiedad, y en definitiva estarás mejor. En cambio, cuando tu diálogo interno es en negativo, tu estado anímico se ve reducido, al igual que tu energía, o tu forma de resolver las diversas situaciones. Por lo tanto, un diálogo interno negativo, nos perjudica, nos debilita, y modifica el cerebro. Haciendo que seamos mucho más propensos a presentar trastornos del estado anímico. Por otro lado, un diálogo interno negativo, nos va a censurar más nuestras relaciones sociales", continúa.

Al autosabotearnos, nuestros pensamientos, forma de comportarnos o de emocionarnos se verán comprometidos. Ya que nos veremos con un comportamiento totalmente ineficaz ante la situación a la que nos exponemos, los pensamientos negativos afloraran, y con ello las emociones más displacenteras, hasta que esto se convertirá en un bucle, que te hace enfrentarte mal ante el mundo, a las personas, y como no a ti mismo.

Tipos de diálogo interno negativo

El diálogo interno es fundamental para identificar y sentir tu propio cuerpo, corregir el lenguaje para no dañarme y mejorar nuestro propio autocuidado y nuestra autoestima. Los tipos de diálogo interno son:

Diálogo autocrítico: la persona está en una continua autocrítica, siendo su propio juez, evaluándose negativamente, reduciendo sus logros, potenciando sus defectos y limitaciones. No tiene demasiada confianza en sí misma, por lo que está en una constante comparación para encontrar lo que le logre completar. Siente mucha frustración por no alcanzar sus logros.

Diálogo catastrofista: continua necesidad de prevención frente a las situaciones catalogadas como arriesgadas, ya que cree firmemente en que si ocurre algo malo le tocará esa vivencia. Se implica al máximo estando hiper-alerta ante las situaciones y anticipándose a las mismas. Lo que les genera una ansiedad en aumento por el futuro y el control y con ello mucho desgaste.

Diálogo victimista: cree firmemente que la vida es muy difícil y complicada. Se ve constantemente en un callejón sin salida, sin recursos para poder superar las situaciones que la vida les depara. Con una visión negativa sobre la vida y sus propias capacidades. Siente una gran desprotección, y falta de esperanza. Constante que por estar bien y que no llegue ese momento. Su grado de neuroticismo no le permite alcanzar el ansiado cambio.

Diálogo autoexigente: la persona se exige continuamente, sin descanso. Esto le lleva a estar agotada y al sacrificio. No contempla errores dentro de su exigencia, en caso de encontrar errores, serán de otros no se para a pensar que puedan ser propios. Todo ello, le lleva a caer en el estrés crónico, agotado y falto de recursos y piensa que ha de poner más de su parte para lograrlo.

¿Cómo cambiar nuestro diálogo interno?

Una vez identificado tu propio diálogo interno, puedes empezar a mejorarlo. Modifica los pensamientos que albergan connotaciones negativas por otros que sean más constructivos, alentadores y con menor grado de dureza. Entrena a tus pensamientos a ser más amable, empático y asertivo contigo mismo. Ten paciencia, ya que te llevará un tiempo corregirlos

Conecta contigo misma: toma consciencia de cómo estás conectando, para después comenzar a ser más flexible y adaptativa al cambio.

Dale la vuelta a tu diálogo interno: emplea el amor propio y la compasión hacia ti misma. Se agradecida por lo que tienes y valóralo.

Aplica la reflexión: cuando te permites ser reflexivo contigo misma, da lugar a la apertura del cambio. Enfócate desde un enfoque positivo para sentir que eres capaz de lograrlo.

Práctica un estilo de vida saludable: tener un buen autocuidado ayuda a tener un buen estado anímico, lo que reduce el diálogo interno negativo.

Potencia tu humor: crear climas más relajados ante las situaciones tensas, ayuda a enfrentarte mejor a las mismas. Potenciar las situaciones de humor, destensa el clima y aviva las sonrisas.

Cuida tu círculo social: rodearte de personas que tengan buena armonía, con las que te encuentres cómoda, y que te permitan ser tú misma, te ayudarán a estar bien contigo misma tanto solo como con ellos, sin tener que recurrir a las comparaciones.

Acepta: aceptar que tenemos un diálogo interno negativo, nos da lugar a poder modificarlo y con ello, tener una mejor relación con nosotras mismas.

Identifica: saber en qué situaciones o con qué experiencias o perfiles de personas, se dispara nuestro diálogo interno, nos ayudará a corregirlas y prevenir el no exponernos a las mismas.

Céntrate en tus emociones: sentir las emociones que te producen determinadas acciones.

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