Según el estudio ´EsNuPI´, impulsado por la Fundación Española de la Nutrición (FEN) y la Fundación Iberoamericana de Nutrición (FINUT), existe una necesidad de mejorar la ingesta de los nutrientes relacionados con la salud ósea de los niños españoles, como el calcio, la vitamina D y el magnesio. Asimismo, el ...
Según el estudio ´EsNuPI´, impulsado por la Fundación Española de la Nutrición (FEN) y la Fundación Iberoamericana de Nutrición (FINUT), existe una necesidad de mejorar la ingesta de los nutrientes relacionados con la salud ósea de los niños españoles, como el calcio, la vitamina D y el magnesio. Asimismo, el estudio también advierte de la necesidad de reducir la ingesta de grasas saturadas y aumentar la de grasas poliinsaturadas, como el ácido graso Omega-3 DHA presente, sobre todo, en el pescado. Y se apunta a que el consumo de leches infantiles enriquecidas puede ser una estrategia útil y complementaria para alcanzar estos objetivos nutricionales. Según el informe, los niños consumidores de leches infantiles enriquecidas presentan, en general, un patrón de alimentación más saludable.
Así las cosas, ´EsNuPi´ se presenta como la mayor y más reciente investigación holística sobre nutrición infantil en España, que analiza los patrones de alimentación y hábitos de actividad física, así como factores asociados, en la población de 1 a 10 años.
El estudio, con una cohorte de 1.514 niños y niñas, se dividió en dos grupos: una conformada por niños que residen en España, no veganos, que vivían en zonas urbanas, consumidores de todo tipo de leches; y otra de las mismas características consumidores de leches infantiles enriquecidas.
Según este estudio, la ingesta de energía de esto sector de la población es adecuada, siendo los hidratos de carbono los macronutrientes que más contribuyen a la ingesta energética total. En concreto, las principales fuentes de energía de los niños son la leche y los productos lácteos, seguidos por los cereales y la carne y productos cárnicos. Según datos del estudio ´EsNuPI´, el 84% de la población general infantil cumple con las recomendaciones de energía, mientras que los consumidores de leches infantiles enriquecidas lo cumplen en un 93,4%.
En cuanto a las ingestas de proteínas y grasas, cabe destacar que estas son superiores a las recomendadas por las autoridades internacionales de referencia, mientras que la ingesta de hidratos de carbono es adecuada. Precisamente, los consumidores de leches infantiles enriquecidas se ajustan mejor a las recomendaciones de proteínas.
El porcentaje de niños que no cumplen con las recomendaciones de grasas (por exceso) e hidratos de carbono (por defecto) es menor entre los consumidores de leches infantiles enriquecidas que la población general.
Además, la población infantil española tampoco alcanza las recomendaciones para ácidos grasos insaturados. De forma generalizada, existe un consumo excesivo de grasas saturadas, y deficiente de ácidos grasos monoinsaturados, presentes mayoritariamente en el aceite de oliva, y poliinsaturados omega-3, presentes en el pescado.
Según se revela en el estudio, es necesario incrementar el consumo de ácidos grasos Omega-3, en particular el DHA. Los niños españoles de entre 1 y 10 años no alcanzan las ingestas recomendadas de DHA (100 mg/día o menos), aunque los niños que consumen leches infantiles enriquecidas se acercan más a la ingesta recomendada (20 mg/día frente a 90 mg/día), ya que ingieren 4,5 veces más omega-3 DHA que la población infantil general. Los ácidos grasos omega-3 DHA forman parte de las células del cerebro y de la retina y son, por lo tanto, esenciales para el desarrollo cognitivo y visual.
La leche y los productos lácteos son la principal fuente de todos los nutrientes implicados en la salud ósea, especialmente el calcio y vitamina D. Dos o más raciones de leche al día contribuyen a alcanzar ingestas de calcio y vitamina D por encima de la media.
Asimismo, la mayoría de los niños españoles de 1 a 10 años no alcanzan las recomendaciones de ingesta de vitamina D, esencial para un correcto crecimiento y desarrollo. De hecho, la cantidad de vitamina D ingerida es entre 2 y 3 veces mayor en los niños consumidores de leches infantiles enriquecidas (72,8% frente al 37,8%).
Por otra parte, los niños españoles también necesitan aumentar las ingestas de calcio y magnesio. El consumo de calcio se encuentra por debajo de las recomendaciones en los niños de 4 años o más. Y tan solo los niños de 1 a 4 años ingieren las cantidades adecuadas de magnesio, fundamentalmente gracias a la leche, principal fuente de este mineral.
Por otro lado, el consumo de alimentos considerados "hipercalóricos" aumenta con la edad, mientras que se reduce el de otros alimentos, como la leche y los productos lácteos, las verduras y las frutas. El consumo de leches infantiles enriquecidas parece estar asociado a un mejor mantenimiento de los patrones dietéticos saludables a medida que el niño va creciendo.
Los hábitos de alimentación que se establecen en la infancia persisten a lo largo de la vida, y los patrones dietéticos poco saludables en edades tempranas se asocian con una mayor prevalencia de enfermedades crónicas no transmisibles en la vida adulta (obesidad, hipertensión arterial, diabetes de tipo 2, enfermedades cardiovasculares, entre otras). Por ello, según ambas sociedades científicas, es importante seguir trabajando en la educación nutricional de los niños y de sus padres.