A través del tueste de su raíz se obtiene el café. Ésta a diferencia del que estás acostumbrada no tiene cafeína por lo que es ideal para aquellas personas que no puedan consumir productos que lo contengan. Destaca aquella variedad que presenta unas hojas verdes, finas y con ramificaciones que ...
A través del tueste de su raíz se obtiene el café. Ésta a diferencia del que estás acostumbrada no tiene cafeína por lo que es ideal para aquellas personas que no puedan consumir productos que lo contengan. Destaca aquella variedad que presenta unas hojas verdes, finas y con ramificaciones que nos recuerda un poco a la forma de la rúcula y la que se presenta en formato cogollo con hojas alargadas de color verde o rojo. Pertenece a la familia de la escarola y la endivia, de ahí que ambas descripciones se asocien con estas verduras.
Si analizamos su composición nutricional veremos que en una porción comestible de 82 g hay una gran parte de contenido acuoso (92g) y fibroso (4g), por lo que es un excelente depurativo que facilita la digestión. Es una fuente rica en calcio, potasio y provitamina A, registrando valores de 100 mg, 420 mg y 3430 µg, respectivamente. Una gran aliada para el fortalecimiento de los huesos. Además, al estar compuesta por agua y ser baja en grasa es idónea para ser utilizada en dietas de adelgazamiento, tal y como se recoge en la tabla de la Fundación Española de Nutrición (FEN).
Una vez extraída la raíz de la planta, se trocea, se tuesta y se muele hasta obtener el preparado que se empleará para la elaboración del café. El proceso de elaboración de esta bebida es similar al que realizas con el café de siempre. Necesitarás hervir el agua y disolver la mezcla en ella, hay quien lo que hace es mezclar un poco de café tradicional con el de achicoria. El café de achicoria lo podrás encontrar en los lineales del supermercado. Su color es similar al café, pero su sabor es amargo, así que si te resulta muy fuerte siempre puedes echarle un poco de azúcar o rebajarlo con unas gotas de leche.
La parte verde se puede aprovechar para comer en crudo en ensaladas, tal y como haces con la lechuga, la rúcula u otros brotes verdes. Si optas por cocinarla haz lo mismo que con el resto de verduras, incorpórala a tus potajes, tortillas, pizzas, quiches, arroces, cremas, sopas, etc. Admite un sinfín de cocinados, ya sean al vapor, cocidos, al horno, salteados, entre otros.
Pero sus usos no acaban aquí. Un grupo de científicos de los Países Bajos está investigando para modificar el ADN de esta planta con el fin de obtener nuevas variedades y utilizarlas en el campo de la medicina. En Egipto ya se usaba antiguamente con este fin. Actualmente se utiliza la achicoria para la producción de inulina, una sustancia que es extraída de su raíz y que se incorpora en los alimentos como componente dietético o edulcorante, tal y como se explica en la noticia recogida por Euronews.