¿Fobia a los insectos? No es tan rara

Carmen Reija. Farmacéutica y divulgadora sanitaria

Se denomina entomofobia y es un trastorno psicológico no demasiado frecuente, a pesar de que el miedo a los insectos si es relativamente común. En ocasiones, solo con pensar en un insecto se desencadena una elevada ansiedad en quien padece este problema. Consulta a tu médico. Tiene tratamiento.

24/09/2021

Las fobias son trastornos de ansiedad que aparecen cuando una persona sufre sobreactivación y estrés cuando se expone al estímulo desencadenante. Este estímulo en otras personas no genera ningún problema ya que no puede ser considerado como un verdadero peligro. Las fobias se caracterizan por la especificidad del estímulo que produce ...

Las fobias son trastornos de ansiedad que aparecen cuando una persona sufre sobreactivación y estrés cuando se expone al estímulo desencadenante. Este estímulo en otras personas no genera ningún problema ya que no puede ser considerado como un verdadero peligro.

Las fobias se caracterizan por la especificidad del estímulo que produce la reacción de alta ansiedad en la persona y que limita su calidad de vida. En la fobia a los insectos, el estímulo que desencadena la reacción ansiosa se relaciona con su presencia real o con imaginarlos simplemente. También puede producirse cuando el paciente ve una imagen en una pantalla o en un dibujo.

Es importante destacar que, en la fobia a los insectos, no todos generan la misma intensidad de reacción (con las cucarachas, por ejemplo, se combinan la fobia y el asco, lo que incrementa la reacción). También es reseñable que los insectos se confunden con otros "bichos" (como las arañas, que no son insectos) que causan una ansiedad muy intensa.

Los síntomas de la fobia a los insectos son similares a los que se presentan en otras fobias. Destacarían: ansiedad, mareos, náuseas, problemas respiratorios, pensamientos catastróficos, aumento de la frecuencia cardíaca y la presión sanguínea y deseos de escapar de la situación. Todos ellos reducen la calidad de vida de quien la padece y limitan sus movimientos.

El diagnóstico debe realizarlo un profesional de la salud mental. Es fundamental acertar y que no se produzcan confusiones con otras patologías que causan síntomas similares. De su correcta detección dependerá la aplicación del tratamiento adecuado a la situación real del paciente.

La fobia a los insectos se caracteriza porque el paciente siente que pierde el control de sus acciones y que necesita alejarse inmediatamente del insecto (aunque solo se encuentre en su mente). Se presenta ante la simple visión del insecto (real o imaginaria) y limita la calidad de vida de quien la padece.

El tratamiento se centra en aplicar la terapia psicológica que mejor se adapte al problema del paciente. Las técnicas más empleadas y que resultan eficaces para el tratamiento de las fobias son la desensibilización sistemática y la exposición controlada a los estímulos fóbicos. A ellas se une la reestructuración cognitiva, que favorece la reducción de las creencias que predisponen al paciente a sentir miedo o angustia ante el estímulo desencadenante de la fobia.

La terapia debe ser realizada por un profesional capacitado para llevarla a cabo. Para superar una fobia es necesario enfrentarse a las situaciones que produce malestar, por lo que el paciente puede sentir incomodidad o ansiedad durante el tratamiento. De ahí la importancia de que quien la lleva a cabo sea capaz de controlar estas situaciones y minimice los riesgos. El objetivo es lograr la desaparición de los picos repentinos de ansiedad ante el estímulo indeseado.

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