Aunque todavía no está terminado, ya está abierto al público y se puede visitar. Inaugurado como una nueva atracción turística, el conjunto escultórico de Apukunaq Tianan (que significa "morada de los dioses") se sitúa en el distrito de Poroy a poco menos de una hora de la ciudad de Cusco. Se ...
Aunque todavía no está terminado, ya está abierto al público y se puede visitar. Inaugurado como una nueva atracción turística, el conjunto escultórico de Apukunaq Tianan (que significa "morada de los dioses") se sitúa en el distrito de Poroy a poco menos de una hora de la ciudad de Cusco.
Se trata de unas gigantescas esculturas talladas en piedra y en lo alto de una montaña, que pretenden poner en valor histórico y patrimonial la ideología y cultura andina mediante la fusión total de la naturaleza y el arte, tal y como lo hicieran sus antepasados incas; unas impresionantes esculturas de los dioses antiguos que, ciertamente, al menos en las fotografías, nos transmiten una poderosa energía espiritual y mágica.
El proyecto, ejecutado por el artista y escultor cusqueño Michael de Titán ha sido realizado con motivo del bicentenario de la independencia de Perú, que se celebra este año 2021 y por el que pretende terminar las obras. A pesar de todo, ya está abierto al público y se pueden realizar reservas disponibles desde su página de Facebook donde se informa de las horas de visita y precios de las entradas.
Cuando hablamos de Perú, lo que se nos viene a la cabeza es su mundialmente famoso sitio arqueológico del Macchu Picchu; unas ruinas incas construidas antes del S.XV y que recibe millones de visitantes a lo largo del año. Así, el artista Michael de Titán ha pretendido continuar la tradición inca y mantener la riqueza y la identidad cultural del país a través de su último proyecto escultórico; el Apukunaq Tianan.
Entre todas las esculturas que se pueden ver encontramos: la puerta tridimensional, el Apu protector, el mirador y más deidades como la diosa creadora andina Viracocha, quien es la Madre Tierra Pachamama, la cabeza de un puma (que es parte de la trilogía inca de animales simbólicos), y el rostro del último monarca del estado neo-inca, Túpac Amaru.
Durante el proceso de tallado de la escultura, el artista al parecer, tan solo usó solo un cincel y un martillo para dar forma de relieve a las increíbles obras de arte en la parte saliente de la montaña. Además, y como curiosidad, Michael de Titán solicitó la ayuda de los lugareños para algunas fases y así aplica lo que en Perú denominan el Ayni o el hecho de "brindar ayuda", cuyo acto ya era practicado también por los incas.
Unas esculturas que Las cuales tienen entre 15 y 17 metros (49,2 y 55,8 pies) de altura y cuyo fin es el de convertirlo en un espacio autónomo y ecológico. Muy cerca también hay un manantial y zonas protegidas por lo que aún lo hace mucho más interesante hacerle una visita. He aquí algunas de las fotografías de este lugar tan especial.