Qué es una ampolla Se trata de la formación de una bolsa de líquido entre las capas superficiales de la piel. Las principales causas por las que aparecen son: fricción, frío, quemaduras o infecciones. La bolsa con líquido de las ampollas se va elevando desde la capa más alta ...
Se trata de la formación de una bolsa de líquido entre las capas superficiales de la piel. Las principales causas por las que aparecen son: fricción, frío, quemaduras o infecciones. La bolsa con líquido de las ampollas se va elevando desde la capa más alta de la piel para poder proteger y amortiguar a las capas inferiores. En función de las causas, las ampollas pueden llenarse de plasma sérico, sangre o pus.
Las ampollas por fricción, las más comunes, son en realidad lesiones mecánicas que se producen por un roce fuerte entre la superficie de la piel y el resto del cuerpo. La capa de la piel más sensible a este roce es el estrato espinoso. Según esta capa se va separando de los tejidos inferiores, un fluido parecido al plasma se escapa de las células y empieza a llenar el espacio que se crea entre las dos capas. Este líquido hace que crezca piel nueva y se produzca su regeneración. Eso sí, la capa que cubre ese líquido interior puede romperse y provocar una infección.
La clave del tratamiento y la prevención no es solo una sino que depende de la causa de la ampolla. Para prevenir las ampollas de fricción la pauta es tan sencilla como eliminar el motivo de esa fricción. En los pies, hay que usar un calzado adecuado, ni demasiado apretado ni demasiado suelto. Cuando la piel está húmeda, es más fácil que aparezcan las ampollas. Por ese motivo, es mejor utilizar calcetines transpirables.
Si se suda con facilidad al hacer deporte se pueden utilizar medias especiales que ayuden a controlar el sudor o la fricción y los roces. El uso de apósitos en las zonas que generen molestias ayudará a prevenir la aparición de ampollas. Una solución para sudar menos son los productos antitranspirantes.
En el caso de las manos, para realizar trabajos manuales o utilizar herramientas es recomendable utilizar guantes para evitar la aparición de ampollas. Lo mismo para practicar deportes con un bate o una raqueta.
En realidad, la formación de esas protuberancias es un mecanismo de defensa del cuerpo para restaurar la piel tras daños por fricción, quemaduras, alergias o infecciones virales. En el proceso de formación de la ampolla se separan sacos de plasma, los que liberan ese fluido característico. En realidad, ese líquido que está dentro de la ampolla favorece la restauración de la piel y nos protege de infecciones cutáneas. Está compuesto por líquido linfático o linfa, que contiene glóbulos blancos para combatir bacterias y demás agentes extraños. Durante el proceso de curación, el líquido es reabsorbido por el tejido subyacente y la inflamación disminuye.
Las ampollas son fáciles de detectar. Si localizamos un bulto con líquido en el interior y tacto esponjoso que duele al tocar y está en un lugar que ha sufrido algún tipo de presión o roce, es probable que se trate de una ampolla.
Para tratar las ampollas en los pies, nos pueden ayudar productos como los apósitos Salvelox para ampollas. Solo hay que dejar pasar unos días para que se curen. Se formará una nueva capa de piel debajo y la capa superior de la piel se caerá.
Hará falta visitar a un médico si la ampolla se infecta, aparece pus o está roja alrededor, hinchada, cálida o duele más de lo normal. También si hay fiebre, aparecen varias ampollas o la persona sufre problemas circulatorios o diabetes.
No es recomendable explotar una ampolla porque el riesgo de infección aumentará y complicará su curación. Si no cuidamos la zona y seguimos rozando, se puede retrasar la curación varias semanas.
En el caso de las ampollas pequeñas en el talón el tiempo de curación es más o menos de una semana. Si son ya ampollas más grandes y con heridas abiertas será más lento. Es importante tapar la herida para evitar infecciones. La regeneración completa de la piel tardará más días. Al principio, será una capa de piel fina muy delicada. El tiempo de curación total puede extenderse hasta dos semanas.