La depresión se debe, en un tercio, a la herencia genética y, en dos tercios, al ambiente. La persona que tiene un familiar de primer grado con depresión, tiene un riesgo de dos a cuatro veces mayor de sufrir depresión también. Esto se debe, en parte, a que todos aprendemos ...
La depresión se debe, en un tercio, a la herencia genética y, en dos tercios, al ambiente. La persona que tiene un familiar de primer grado con depresión, tiene un riesgo de dos a cuatro veces mayor de sufrir depresión también. Esto se debe, en parte, a que todos aprendemos la forma de pensar, de afrontar el mundo en la sede de nuestro hogar.
Respecto al ambiente, existen varios factores que pueden propiciar una depresión, si bien la llave es la experiencia traumática. A veces, puede ser una experiencia objetivamente traumática, otras veces, dependerá de la forma de afrontar o interpretar ciertas situaciones. Podría ser la pérdida de un ser querido o duelo, problemas laborales, rupturas sentimentales o enfermedades.
A veces puede resultar complicado identificar las señales que nos ayuden a saber si tenemos depresión. Por este motivo, la doctora Laia Giménez, especialista en Psicologúa, recuerda que existen ciertos síntomas que indican un posible caso de depresión y que aunque no hay que tenerlos todos, "sí varios".
Los criterios diagnósticos dicen que los síntomas deben estar presentes al menos durante 15 días. Hay que acudir a un especialista cuando se vea afectada la capacidad vital y el rendimiento habitual. Es decir, cuando los síntomas, tanto físicos como emocionales, limiten el ritmo de vida habitual de la persona.
La familia es una de las piedras angulares en el tratamiento del paciente con depresión. Por eso se vuelve crucial la psicoeducación y el trabajo en equipo de los profesionales (psiquiatra, psicólogos) que ayudará a los familiares a entender qué le pasa a la persona y les aportará herramientas para lidiar con ello y ayudarle de la mejor forma posible, ya que un trastorno del estado de ánimo no deja indiferente al entorno familiar: a veces, esa reacción estimula para ayudar al paciente a veces la reacción es desfavorable y eso es lo que se debe evitar.