Un acto tan altruista y lleno de amor como es un beso merecía tener su propio día. No hay nadie que no haya besado alguna vez. Por cariño o por amor. Ahí está siempre. Presente en nuestro día a día. Nos aporta cariño, nos reconforta, nos aviva la pasión. Por ...
Un acto tan altruista y lleno de amor como es un beso merecía tener su propio día. No hay nadie que no haya besado alguna vez. Por cariño o por amor. Ahí está siempre. Presente en nuestro día a día. Nos aporta cariño, nos reconforta, nos aviva la pasión. Por ello, es normal que los grandes artistas lo hayan plasmado en alguna de sus obras. Hoy queremos repasar algunas de ellas. Aquellas en las que el beso es el protagonista.
Posiblemente es la primera obra que nos viene a la cabeza al pensar en un beso. La obra, expuesta actualmente en el Österreichische Galerie Belvedere de Viena, desprende sensualidad y cariño a partes iguales. Una pareja se abraza arrodillada en un campo de flores silvestre. El hombre sostiene la cabeza de la mujer mientras se inclina para besarla. La mujer pasa uno de sus brazos alrededor del cuello de él, mientras cierra los ojos para recibir uno de los mejores besos del mundo del arte.
La obra, finalizada en 1908 pertenece a la etapa dorada del artista austriaco Gustav Klimt. Una época marcada por los tonos dorados, realizados en pan de oro, inspirados en los mosaicos bizantinos. Una técnica que enfatiza la naturaleza etérea del tema y el estilo indiscutible de Klimt.
Representa el beso de dos amigas prostitutas, retratadas por el pintor postimpresionista durante un momento de descanso de las chicas. Una obra que representa sin pudor el lesbianismo como algo erótico, pero a la vez con complicidad y ternura por parte de las dos protagonistas. Ambas amigas del propio Toulousse Lautrec.
"Au lit: Le baiser" pertenece a una colección de 16 pinturas que en 1892 el propietario de un prostíbulo encargó a Lautrec para decorar el salón principal de su local parisino.
Las dos cabezas pintadas en forma cubista por Picasso representan el amor tierno de una pareja en su etapa de vejez. Un hombre anciano, calvo y con barba, besa serenamente a una mujer, fusionándose ambos en un solo ser.
No es la única obra del pintor español escenificando un beso. Las relaciones de pareja son recurrente en su obra, así como el erotismo y la pasión. Sin embargo, en esta pintura del 1969, representa un amor más calmado. Quizás, como espejo de su propia experiencia. Fue pintada cuando el artista contaba ya con 88 años y disfrutaba de un amor más sosegado con su última esposa, Jacqueline Roque.
Este beso de cómic es uno de los mejores representantes del Pop Art americano de la década de los sesenta. Representa a una pareja fundida en un abrazo. Él la besa en la mejilla. La mujer está llorando, ¿de felicidad o es el fin de su relación? Solo el propio Roy Lichtenstein lo sabía.
Esta obra de Bansky en la que dos policías británicos se besan, apareció por primera vez en la pared del pub The Prince Albert de Brighton en 2004. Conociendo el lado activista provocador del artista, es fácil pensar que no es casualidad que apareciera pintada en ese muro, situada en una de las zonas consideradas como la capital LGBTQ de Reino Unido.
Todas ellas, maravillosas obras de arte que nos recuerdan la belleza y la importancia del beso. Y más en estos momentos en los que, las circunstancias pandémicas, no nos permiten besarnos con las personas que más queremos.