3 ejercicios básicos para comenzar a practicar Mindfulness

Iván Martín

El Mindfulness es una técnica de relajación dirigida a mejorar la atención plena y el conocimiento de nuestras emociones.

14/03/2014

En un artículo anterior, hemos hablado de la práctica del Mindfulness, una corriente de relajación y meditación centrada en la conciencia y atención plena del momento actual. De este modo, enfocamos nuestros pensamientos en un único punto de atención, eliminando la dispersión y superficialidad de nuestra mente. Toda técnica de relajación ...

En un artículo anterior, hemos hablado de la práctica del Mindfulness, una corriente de relajación y meditación centrada en la conciencia y atención plena del momento actual. De este modo, enfocamos nuestros pensamientos en un único punto de atención, eliminando la dispersión y superficialidad de nuestra mente.

Toda técnica de relajación es complicada de entender en un principio, pues es necesario acostumbrar nuestro cuerpo y mente a un estado de serenidad y calma difícil de lograr en la realidad diaria en que nos movemos.

Para ello, os proponemos tres ejercicios simples y prácticos para comenzar a disfrutar del Mindfulness:

1. Observación Plena. Uno de los conceptos más importantes del Mindfulness es la capacidad intensa de concentrarse en un sólo instante, con el fin de liberar nuestros miles de pensamientos y quedarnos con los menos posibles. La observación plena consiste en fijar nuestra mirada y pensamiento en un objeto de nuestro entorno, centrar toda nuestra atención en ese elemento hasta crear un escenario mental formado por nosotros y el objeto en cuestión. Este ejercicio nos ayudará a facilitar la concentración en las pequeñas cosas diarias de nuestra rutina, viviéndolas más intensamente. Poco a poco, iremos desarrollando esta capacidad en diferentes ámbitos.

2. Conciencia de nuestros sentimientos. Este ejercicio es muy importante porque nos proporciona la capacidad de conocer y analizar nuestras emociones. En posición relajada y con los ojos cerrados iremos pensando en personas de nuestro entorno más cercano y en situaciones pasadas, presentes o futuras. Tensión, tristeza, alegría, una sonrisa, enfado, una lagrima... cualquier gesto de nuestro cuerpo que provoque estos pensamientos debe ser estudiado de manera concienzuda, pues es la base de las emociones propias que poseemos.

3. El poder de la respiración. La respiración es primordial para lograr la ansiada meditación, concentración y relajación. Basta con dedicar cinco minutos al día para descubrir los beneficios emocionales de este acto tan simple. Libera, relaja creando un contexto limpio de sensaciones negativas. Disfrutar de la respiración es básico para controlar nuestra mente y cuerpo.

Practicar estos tres ejercicios de forma diaria nos hará entender perfectamente el Mindfulness. Una vez controlados estos tres pasos básicos, seremos capaces de progresar en esta técnica de relajación, muy beneficiosa para el equilibrio emocional y el conocimiento propio.

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